El pobre diablo que amenazó a los que hablaban español

El abogado debería saber que hasta que el coronel Sam Houston derrotó al general mexicano Santa Anna para restablecer la esclavitud en Texas, todo el oeste de lo que es ahora Estados Unidos hablaba español.

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Por El Diario de Hoy

21 May 2018

Un pobre diablo de abogado reaccionó furibundo y hasta amenazó con llamar a la policía de inmigración porque tres dependientes de un restaurante estaban hablando en español, pues, según él, era inglés el idioma que debería usarse.

Y en inglés le respondió el grupo de acosados, que de inmediato lo hicieron quedar en gran ridículo, similar al que se expuso a correr Sarah Palin, exgobernadora de Alaska, cuando dijo que la gente debería hablar únicamente “american”, o sea inglés.

Pero siendo más puristas, lo que corresponde es usar uno de los idiomas de los indios nativos de Estados Unidos, lenguas que, se nos dice, son de una pureza y una estructura lingüística que rivalizan con el latín, con sus estructuras verbales, sus conjugaciones, con la precisión con que en un par de palabras expresan conceptos muy complejos o hermosos.

Este pobre diablo de abogado (el calificativo de “pobre diablo” se da en muchos idiomas, incluyendo el italiano) no ha recorrido bien su hermosa ciudad, pues así como hay barrios donde la gente naturalmente habla español, el rico y hermoso lenguaje de Cervantes y Lorca, hay zonas donde hablan en yiddish, en italiano ( “Little Italy”), alemán y de seguro árabe, además de entenderse en “neoyorquino” que no es precisamente el inglés más puro.

El problema de la xenofobia es la facilidad conque seduce a tantos...

El abogado debería saber que hasta que el coronel Sam Houston derrotó al general mexicano Santa Anna para restablecer la esclavitud en Texas, todo el oeste de lo que es ahora Estados Unidos hablaba español, y de allí que tantos nombres de ciudades e inclusive estados (Nevada, Florida, California, Los Ángeles, Sacramento) sean españoles, “le guste o no le guste”, como solía decir otro pobre diablo que fue condenado por corrupto.

Enseñemos a nuestros hijos

a hablar un buen español

Hay que hacer una salvedad: que al decir que en muchos lugares de Estados Unidos se habla español, debemos considerar que aunque no son dialectos propiamente dichos, tienen tantos modismos y diferentes formas de pronunciar palabras que hace que un hispano de Florida no siempre le entienda a un chicano de Nuevo México, como muchos de nosotros a duras penas entendemos a muchos cubanos.

“Y Dios confundió sus lenguas”... Se dice que en el Cáucaso se hablan 200 lenguas diferentes, muchas de ellas limitadas a una pequeña comarca, lo que también sucede en España, donde hay muchos localismos como el gallego o el andaluz, que dificultan la comunicación.

Los idiomas evolucionan con relativa rapidez y hay palabras que dejan de usarse mientras otras surgen con el avance de la tecnología y las comunicaciones, lo que se evidencia en todos los términos vinculados a las nuevas tecnologías; como todo ser vivo, las lenguas nacen, crecen y eventualmente mueren o son reemplazadas, como el débil latín del Medioevo dio lugar al surgimiento de las actuales lenguas europeas; Dante le dio carta de ciudadanía al italiano de hoy; Lutero, al alemán contemporáneo.

Es importantísimo que los padres le den la mayor importancia a que sus hijos hablen con claridad, que su vocabulario sea rico, que eviten expresiones vulgares, que oírlos sea un gusto, no un suplicio. Pues la manera de hablar es una carta de recomendación, lo que además separa a la gente educada del resto, de los menos afortunados en el hablar.