El oficialismo queda alineado con el genocida Assad

Assad, por su parte, dice refiriéndose a sí mismo, que las almas buenas tienen la protección de Dios, por lo que las carnicerías que viene perpetrando serían un mandato divino.

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Por El Diario de Hoy

18 April 2018

Con centenares de miles de salvadoreños en riesgo de ser deportados de Estados Unidos, los efemelenistas han tenido la brillante ocurrencia de apoyar al régimen genocida de Assad y condenar el bombardeo de los Aliados contra plataformas de misiles con armas químicas en Siria.

A inicios de abril, el periódico español ABC informó que los muertos en el ataque con gases venenosos atribuido al régimen sirio “se contaron por decenas, con más de 500 afectados, la mayoría mujeres y niños. Las imágenes muestran los cuerpos sin vida de una docena de personas, exhalando espuma por la boca y la nariz”.

Por si no lo saben, una convención internacional en Ginebra realizada después de la Primera Guerra Mundial prohibió el uso de gases asfixiantes y armas químicas, lo que habían acatado todos los países hasta que Assad comenzó a usarlas contra sus opositores.

Se ha denunciado que rusos suministran los proyectiles para lanzar las armas químicas, al mismo tiempo que ellos usan venenos para matar espías y disidentes refugiados en países occidentales, como el caso de Alexander Litvinenko, al que envenenaron con polonio, una sustancia tan tóxica que unos cuantos gramos pueden aniquilar a todos los pobladores de Escandinavia, o nuevos compuestos que envenenaron a Sergei Skripal y estuvieron a punto de matar a su hija, que afortunadamente sobrevive y narra el horror que su familia ha pasado.

Los comunistas, desde el golpe de noviembre de 1917, asesinan a sus enemigos e inclusive a sus propios partidarios, como se demostró con las grandes purgas de 1937 cuando casi seiscientos mil miembros del partido fueron liquidados.

Gadafi, el linchado dictador Libio, estaba matando y envenenando refugiados libios en Europa (a muchos los herían por la espalda con paraguas que tenían una punta envenenada ) hasta que Estados Unidos bombardeó la casa y oficinas del enloquecido, matando a unas de su tías y a allegados, lo cual hizo que el dictador dejara la práctica.

Assad, por su parte, dice refiriéndose a sí mismo, que las almas buenas tienen la protección de Dios, por lo que las carnicerías que viene perpetrando serían un mandato divino, una jihad como las que desatan musulmanes enloquecidos en Europa para atropellar gente inocente.

La ley de la selva se impone

en mucho de El Salvador

El total irrespeto por la vida humana es la causa de los más de setenta mil muertos causados durante la guerra de los 80 en El Salvador.

El asesinato de otros como un recurso para tomar venganzas o para llenar cuotas y sembrar pánico es una maldición que pesa sobre nuestro país e inicia, pasado el “conflicto”, pues así le llaman como si hubiese sido una riña de cantina.

Literalmente en nuestro país rige la ley de la selva, donde se mata a la menor provocación, aun cuando las víctimas no tengan nada que ver con algún hecho fuera de ser parientes de alguien.

El último caso, que sacude a la sociedad entera, es el asesinato de una periodista, madre y esposa, a lo que se suma el asesinato de cuatro parientes de un policía del cuerpo de protección de personalidades.

El país está en guerra contra una forma de demencia y como tal debe enfocarlo el venidero gobierno, no como un episodio más en la historia nacional.

La enseñanza fundamental del cristianismo es que cada uno es responsable de sus actos, no de los ajenos.