Fijar un marco de referencia económica, política y de asistencia social debe ser uno de los temas de los venideros debates entre los precandidatos a la presidencia por ARENA, que no tienen nada que inventar porque lo que son sociedades democráticas y prósperas ya está inventado: una economía libre, lucha contra la corrupción, fomento de las inversiones y libre expresión.
Lo primero es que la gente vaya recuperando la confianza en su país, en lo que éste puede ofrecerles y cómo incorporarse a su trabajo. Y un punto primordial es terminar con el saqueo anulando la serie de impuestos, tasas, gravámenes y cobros que no tienen como finalidad cubrir necesidades del público, sino sostener al partido oficial, sus dirigentes y activistas.
El azote de la violencia es una permanente pesadilla sobre la población, una violencia que surge al suprimirse la Guardia Nacional por presión de los efemelenistas y que no se ha resuelto por dos causas: la primera, porque el mismo efemelenismo ha operado como “facilitador” de treguas que han oxigenado a pandillas, y así lo han proclamado; la segunda, la falta de estrategias efectivas, que las hay pero que requieren cabeza e inventiva para aplicarlas.
Y en esto parte de las recomendaciones hechas por el exalcalde Giuliani son un punto de partida, así como buscar experiencias exitosas aplicadas en otros países y trabajar conjuntamente con los cuerpos de seguridad regionales, lo que el gobierno rehúsa hacer, según se dice, por el temor de funcionarios a lo que esa presencia pueda descubrir.
No se ocupen los candidatos de hablar con sordos, de convencer fanáticos. Lo necesario es fijar accesos para todos, desde sectores que se creen o sienten marginados, hasta los que por actitud propia se autoencierran.
Las sociedades libres lo son precisamente por ofrecer infinidad de medios para comunicarse con otros, a diferencia de los pueblos regimentados donde hablar puede llevar a alguien a la cárcel; la autocensura es lo que las caracteriza, pues al “que se sale del huacal” lo abruman de insultos y acusaciones, como les sucedió a dos efemelenistas que se atrevieron a criticar a uno de los ídolos totémicos del partido.
Buscan el privilegio de servir
a todos los salvadoreños
Y repetimos: la función de los partidos democráticos no consiste en estar buscando acercamientos con sectas fanáticas, sino en trabajar por el bienestar de todos.
Los debates perfilan posiciones pero queda luego la labor de campaña donde las comunidades y grupos exponen sus anhelos y sus deseos. Como no hay recursos para llenar todo lo que se pide lo que toca es trabajar en programas que en alguna medida satisfagan demandas básicas, como son, por ejemplo, el suministro de agua, mejorar vías de acceso, dotar las clínicas y hospitales regionales de lo esencial para brindar servicios de salud.
Y volver eficiente el suministro de agua es algo que todos esperan... a lo que se agrega lo tocante a la educación. Y en tal sentido revivir el programa EDUCO contribuirá a que juntos, familias, comunidad, estudiantes y maestros, eleven la calidad de la enseñanza en cada lugar.
Los precandidatos están muy claros que su misión es servir al país, esforzarse por engrandecerlo, hacer lo posible por superar lacras, restablecer la seguridad. No es “servirse a sí mismos” como el actual régimen, sino tener el privilegio y el honor de servir a los salvadoreños.