Protejamos a nuestros niños... Cuidemos de su futuro

La imaginación de los niños es lo que abre caminos de encanto, lo que llena sus días, sus ilusiones, su mundo. Y los padres deben hacer todo lo posible para contarles historias que agreguen horizontes y les lleven a otros parajes.

descripción de la imagen

Por Inés Quinteros

13 March 2018

Tom Sawyer, el héroe de la novela de ese nombre escrita por Mark Twain, es un jovencito de once años cuya saga tiene lugar en el pequeño pueblo donde vive con sus padres y que va desde las batallas que montan con otros escolares (donde los dos generales, él y otro compañero de grado se sientan juntos a presenciar las imaginarias batallas ) hasta su rubita enamorada, que también asiste a la misma escuela y es la hija del juez del pueblo.

Tom tiene un amigo ligeramente mayor que él: Huckleberry Finn, cuyas aventuras, que le llevan un tanto más allá de esa comunidad, son la segunda parte del díptico literario de Twain; entre ambas obras se describe la apacible vida de las comunidades de Estados Unidos de hace ciento cincuenta años, de un mundo que nos dejó.

Paralelamente a la novela de Twain un italiano, Edmundo de Amicis, escribió “Corazón” (Cuore), la historia del adolescente Enrico, de su madre y padre, su escuela y sus compañeros, lo que sucedía en el pueblo, más grande y con mayor desarrollo que el de Tom, donde se relatan las vicisitudes de esa comunidad y región, entonces enfrascada en las guerras que sacudieron a Italia antes de la unificación del país bajo Víctor Emanuel II de Saboya, gracias a las luchas de Garibaldi y la genial dirección política del Conde Cavour, turinés.

Tom Sawyer, en su pequeño mundo, y Enrico, en su comunidad vieja en siglos, podían ser niños, imaginar cosas por una parte, ser actores de los dramas escolares y la vida de quienes los rodeaban y los protegían.

“Corazón”, un libro que la mayoría de escolares en Italia lee por las enseñanzas morales que contiene, una guía en el sendero a convertirse en adultos honestos, responsables y laboriosos, puede y, a juicio nuestro, debe leerse por padres y jovencitos en todas las latitudes, lectura grata llena de hermosos episodios.

Esto nos lleva a pensar en una de las tragedias de lo que estamos padeciendo en nuestra tierra: no son muchos los niños que tienen una infancia apacible, pues les es difícil sustraerse al drama general de la violencia, del odio como presencia política permanente, de las difíciles condiciones de vida.

La imaginación abre los caminos a parajes mágicos, radiantes futuros

La imaginación de los niños es lo que abre caminos de encanto, lo que llena sus días, sus ilusiones, su mundo. Y los padres deben hacer todo lo posible para contarles historias que agreguen horizontes y les lleven a otros parajes.

“Corazón” es un libro en el que cada capítulo encierra una historia hermosa, desde describir como Moretti, un niño que estudia, trabaja ayudando a sus padres, cuida a su mamá enferma y además protege a los niños indefensos del bullying, hasta describir los dramas y las vidas de los maestros y, por extensión, del mundo de ese entonces, un mundo libre de la violencia y donde una masacre escolar era inconcebible.

Las personas de buen corazón deben ocuparse de devolver a los niños sus ilusiones y su futuro, enseñarles lo que sepan, describirles los buenos momentos que vivieron ellas en su infancia.

Hay obras, como “Mujercitas”, “El Jardín Secreto” y “El Principito”, que ayudan a niñas y también a niños... estamos seguros de que muchos de nuestros lectores buscarán y aprovecharán esas joyas literarias.