Buscan salvar a los elefantes como a toda especie en riesgo

Se están destrozando los bosques de manglares, los viveros del mar, que hasta hace medio siglo ofrecían un espectáculo único, semejante al de los fiordos de Noruega y otros países nórdicos

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23 September 2013

De los pocos y efectivos recursos para ayudar a especies animales a sobrevivir es la protección que ofrecen parques naturales como la reserva en Kenia, las existentes en Sudáfrica y la nuestra de El Trifinio que, a su vez, por descuido y depredaciones está amenazada.

Pero cualquier zona boscosa protege especies, sean estas de pequeños animales, o felinos, ciervos, jabalíes y pumas.

Rinocerontes, "los grandes gatos", ballenas, elefantes, ciertas especies de tiburones, el cóndor… la lista es interminable. La madre naturaleza siempre restablece equilibrios biológicos y protege a las especies que mejor se adaptan a las cambiantes condiciones del clima.

Una especie amenazada es el elefante asiático, hasta hoy usado como tractor vivo, bestia de carga, transporte y, en su papel más colorido, como montura de rajás, emperadores y turistas.

La regla es que no son los países cuya fauna o medio ambiente está en riesgo, sino personas y organizaciones del Primer Mundo los que alertan del peligro, organizan ayuda y emprenden programas para salvar especies en peligro.

Esto sucede con los rinocerontes, cazados por el mito de que su cuerno es afrodisíaco, o los gorilas y primates grandes, que los nativos de los bosques matan para comérselos.

Y para despertar conciencia que ayude a preservar al elefante asiático, en Dana Point, California, se celebra un festival de coloridas esculturas de elefantes, que evocan lo que hasta hace unos decenios podía verse en Jaipur, como en toda India y en muchos países de Asia Central e Indochina.

En nuestro suelo, desde la muerte de Manyula, tan querida por visitantes y en especial por los niños, ya no se exhiben paquidermos, pues debido a una ocurrencia del Ejecutivo, tampoco los circos pueden mostrarlos en sus espectáculos.

El Salvador no tiene elefantes que proteger, pero sí mapaches, iguanas, pezotes, monos, comadrejas, zorros, coyotes, tigrillos y toda la gama de pequeños y medianos mamíferos que a duras penas sobreviven a las depredaciones de gente ignorante que los persigue y los mata.

Pasamos calores por culpa de la deforestación

De igual manera están en riesgo tortugas, mantarrayas y otras especies marinas.

Las áreas boscosas, también "en peligro de extinción" a causa de la reforma agraria, los repartos de tierras a desmovilizados y la tala para sostener ladrilleras que usan leña de combustible, son el último refugio de las pequeñas especies de vida silvestre.

Asimismo se están destrozando los bosques de manglares, los viveros del mar, que hasta hace medio siglo ofrecían un espectáculo único, semejante al de los fiordos de Noruega y otros países nórdicos.

Navegar en esas majestuosas avenidas de agua, canales mágicos de un verde intenso en donde el silencio era roto sólo por el graznido y el vuelo de las aves, es una memoria de siempre para los que tuvieron la fortuna de vivirla.

Por desgracia no son muchos a quienes les quita el sueño la tala de árboles, la siembra en laderas, las quemas de sembrados. Al común de la gente no le importa el descuaje.

Los hombres de hoy estamos pagando un alto precio por la indiferencia, el descuido y la depredación del medio ambiente que, entre otras cosas, provoca que la temperatura media se haya venido elevando, a lo que se agrega que nos estamos quedando sin corrientes de agua, pozas y lagunetas.