Policías y militares mueren y sus familias en desamparo

En estas páginas hemos planteado la solución a semejante injusticia: que se forme un fideicomiso con fondos públicos, que pague puntualmente las cuotas de los seguros para que ninguna familia quede en el desamparo.

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Por Mirna Navarrete

18 December 2017

Las fotografìas de 45 policías y 21 militares asesinados desde inicio del año publicamos la semana pasada, como un homenaje a los servidores públicos que protegen a la población en la medida de sus posibilidades, dada la incapacidad del grupo en el poder para librar al país del flagelo de la violencia.

Es además muy grave que las familias de estos policías queden en el desamparo, ya que a los encargados se les olvida pagar los seguros de vida de ellos, pero no olvidan pagar los salarios de los cuarenta y tantos mil activistas que por su membresía en el partido tienen asegurada la pitanza.

En estas páginas hemos planteado la solución a semejante injusticia: que se forme un fideicomiso con fondos públicos, que pague puntualmente las cuotas de los seguros para que ninguna familia quede en el desamparo.

El problema es que mientras los jefes estén seguros, bien nutridos y gozando de muchas prerrogativas, lo que pase a la tropa y a sus familias no les desvela, como no les desvela la crisis de empleo ni les desvela la caída de la economía, que este año, como durante los previos, será la que menos crecerá en la región.

La primordial, esencial, función de cualquier Estado (aunque obviamente no de los estados “socialistas”), es asegurar la seguridad de la población y su bienestar económico. Pero a los actuales gobernantes les interesa el poder total y caer encima de los medios de producción creyendo que toda la riqueza que generan va a ser de ellos para usufructuar y repartir mendrugos al resto de la gente, como en Cuba, donde se requiere receta médica para adquirir leche.

Vamos a repetir lo que hemos venido diciendo: cualquier “medio de producción” que se roben, de inmediato se desbarata, como se han desbaratado todos los negocios emprendidos por Alba.

No podrá erradicarse la violencia

haciendo pactos con pandillas

Como están las cosas, combatir y erradicar la delincuencia es una misión imposible y por dos motivos:

Es imposible combatir la delincuencia cuando un partido en el gobierno o cualquier otro, más cuando está asustado por la pérdida de apoyo popular, se presta a arreglos con pandilleros para que cuiden urnas y roben DUI.

Los partidos políticos deben recapacitar sobre un hecho: que su enemigo no es otro partido sino el socialismo del Siglo XXI, que sin excepción elimina toda actividad política como elimina la institucionalidad y el orden jurídico, o sea lo que justifica el ejercicio de la abogacía, el Derecho y la misma justicia.

Abogados, magistrados, jueces, litigantes, vayan olvidándose de sus profesiones en el infausto caso de que los rojos se hagan con el poder.

La única solución al problema de la violencia, una violencia que está afectando a muchas personas y grupos, al punto que se mata por robar un celular o por desavenencias conyugales, es pedir auxilio a otras fuerzas, a entidades especializadas, para enderezar al país.

Es obvio que al partido oficial le asusta muchísimo que vengan de otras partes a analizar nuestros graves problemas, sabiendo que pueden encontrar mucho de “podrido en Dinamarca”, como dijo Hamlet. Y esa fue la razón por la cual se opusieron a la formación de un cuerpo anticorrupción como el que opera en Guatemala y que puso al descubierto la robadera de Pérez Molina y la Baldetti, además de tener contra las cuerdas al comediante en el poder.