La corrección de niños y adolescentes en debate

Bien enseñaban los abuelos que lo que si el hijo no aprende en casa, la calle le enseña, y es escalofriante pensar que un niño desatendido por sus padres o, al contrario, maltratado e intimidado, vaya a terminar en los brazos de los pandilleros o narcotraficantes.

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Por Mirna Navarrete

20 November 2017

UNICEF ha iniciado una campaña para evitar los castigos físicos en los niños y adolescentes, algo que la legislación salvadoreña ya prohíbe.

Sin embargo, el tema ha despertado el debate, principalmente sobre la patria potestad y el derecho de corrección de los padres, que llevó a abusos intolerables e indignantes en el pasado.

Pero muchos piensan que “ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”, es decir, los padres deben tener una autoridad coercitiva sobre los hijos pero sin que esto les permita maltratarlos ni generar violencia en el hogar, pero también que los hijos deben entender que tienen límites y que no crezcan con un sentimiento de impunidad, que es la causa del derrumbe de las sociedades.

Bien enseñaban los abuelos que lo que si el hijo no aprende en casa, la calle le enseña, y es escalofriante pensar que un niño desatendido por sus padres o, al contrario, maltratado e intimidado, vaya a terminar en los brazos de los pandilleros o narcotraficantes.

Sólo hay que ver el involucramiento de menores de edad en horrendos crímenes, asesinatos, violaciones, extorsiones, pensando que se favorecerían de la liviandad de leyes como la “del Menor Infractor” desde 1994, no digamos la utilización de los niños y adolescentes con fines políticos.

Se deben buscar métodos alternativos para disuadir a los niños y adolescentes

El caso es que los padres deben buscar el diálogo, el razonamiento, la advertencia o limitaciones y otras medidas persuasivas o disuasivas, de la misma manera que los educadores tienen que ingeniárselas para hacer razonar a los muchachos sobre su comportamiento y rendimiento.

Tiene que haber una justa medida para que, sin llegar a la violencia, se pueda ir inculcando en los niños y adolescentes un sentimiento de responsabilidad y justicia, para que no crean que tienen un cheque en blanco y luego se vean en problemas con sus semejantes y con la ley.

El distinguido educador inglés Mr. Garry York, que estuvo al frente de la Academia Británica por muchos años, tenía en su despacho un viejo zapato que era el terror de los niños de la primaria: cuando un pequeño se portaba mal, Mr. York lo llamaba a su oficina, donde bastaba mostrar el zapato sin llegar a aplicarlo donde la espalda pierde su digno nombre...

Pero eran otros tiempos y el zapatazo era preferible al cinchazo o hincar a un niño sobre maicillo, como acostumbraban o acostumbran muchos padres en nuestro país. Algunos agradecen y piensan que los castigos moderados les ayudaron a no caer en la vagancia y a ser personas de bien.

Según la UNICEF, a nivel mundial, 1,110 millones de cuidadores dicen que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños. “La violencia contra los niños muchas veces se justifica racionalmente como si fuera algo necesario o inevitable” y se acepta porque quienes la ejercen son conocidos y entonces se minimiza como si fuera irrelevante, dice el organismo.

Educadores salvadoreños, sin embargo, consideran que los castigos corporales en la escuela y el hogar son prácticas nocivas, que tienen un impacto negativo y refuerzan comportamientos agresivos en los niños y jóvenes.

El Medio Oriente es el escenario de las más extremas formas de control humano entre los talibanes, que llegan a decapitar pobres mujeres que van solas a hacer compras en un mercado. La India no es precisamente un paraíso de libertades para los niños ni las mujeres según la región y los credos.

Pero mientras más se avanza hacia el Oriente, a los países del sudeste asiático, China, los Tigres de Asia y Japón, más libres son los niños y adolescentes pero, al mismo tiempo, más rigurosa la escuela.