Captores de joven resultaron pájaros de cuenta

El incidente pone al descubierto los porosos, agujereados, telones que debido a la infiltración separa a los cuerpos de inseguridad de grupos de hampones, lo que debilita la efectividad de la lucha contra la delincuencia.

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Por Mirna Navarrete

05 November 2017

Los dos policías que capturaron al joven Daniel Alemán y han sido acusados de plantarle droga han sido imputados de hacer “trabajitos” por su cuenta en su tiempo libre.

Al cargo de fraude procesal se les suma ahora privación de libertad, resistencia y Dios sabe qué otras tropelías.

Pero esta semana los planes fallaron, los persiguieron y uno de ellos fue herido de bala en una pierna, por lo que está hospitalizado y seguramente seguirá siendo procesado “en libertad” como hasta ahora y le sucede a todo corrupto, malacate o falsificador de documentos, sobre todo si tiene alguna relación con el oficialismo.

El incidente pone al descubierto los porosos, agujereados, telones que debido a la infiltración separa a los cuerpos de inseguridad de grupos de hampones, lo que debilita la efectividad de la lucha contra la delincuencia.

Lo grave es que las iniciativas están más del lado del hampa que de las autoridades, que por lo general sólo reaccionan o dan palos de ciego, como el plan de protección a los miembros de la PNC anunciado, que entre sus propuestas tiene la de “denunciar si se detectan mareros en los lugares donde viven agentes”, imaginando que sólo pandilleros del vecindario serán los perpetradores de atentados.

Pero eso no es necesariamente el caso, considerando las extensas ramificaciones que tienen las pandillas que operan en nuestro territorio.

La más efectiva forma de combatir bandas es recopilando información, “inteligencia estratégica”, lo que se dificulta mucho dada la infiltración que existe.

Romper ese impasse, el nudo gordiano del horror, difícilmente va a lograrse por las actuales entidades de seguridad, pues ya habrían avanzado en los últimos años. Solo recurriendo a apoyos externos puede lograrse, pero que vengan de fuera asusta a los locales por lo que seguramente encontrarían dentro de sus pequeñas fortalezas.

Hay formas de recoger información pasando por encima de infiltrados y sus secuaces. Recoger información, clasificarla y analizarla puede hacerse en el exterior — como operan entre otros los call centers o los encargados de dirigir desde los Estados Unidos las incursiones y ataques de drones armados en sitios como Siria; la información literalmente viaja a la velocidad de la luz (¡trescientos mil kilómetros por segundo!).

La solución al desmadre que se sufre

está en el voto de la gente honesta

Con cámaras puede controlarse a distancia registros de visitantes a las cárceles o movimientos de grupos en sitios infestados de pandillas. Y las llamadas de informadores pueden asimismo recogerse en centros telefónicos del exterior.

El problema es que mientras los del partido oficial no se sientan afectados directamente, no se verán cambios.

Esos muertos no parecen importarles, pues es muy raro que los mencionen, que se lamenten, que se ocupen de las familias que quedan en el desamparo. Y en los discursos oficiales se menciona de todo, desde lo que llaman desafueros de la Sala (lo que mueve los griteríos en las calles, pero que nunca tocan la tragedia que están pasando los salvadoreños de a pie).

La gente de a pie y los ciudadanos que trabajan de sol a sol tienen el remedio en las venideras elecciones: voten con la cabeza.