Cargan sobre chivos expiatorios y se olvidan de sus superiores

No llevar ante la justicia a todos los involucrados en un crimen sería una señal muy grave de deterioro moral, institucional y cívico y podría dar lugar a pensar que se manipula un proceso a favor de una de las partes.

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Por Mirna Navarrete

16 August 2017

Como ya se dijo, la tregua no fue ninguna política de Estado ni de gobierno, sino la maquinación del régimen que Funes, que involucró a su gabinete de seguridad, que luego buscó los operativos, los peones, para ponerla en marcha.

En tal sentido las posibles condenas a Mijango, a Rauda y a los demás por su participación en la tregua equivaldrían a culpar sólo a chivos expiatorios, que nunca pudieron haber movido nada sin la expresa venia de superiores, como en su momento razonó el abogado Luis Mario Pérez Bennett, defensor de otros señalados.

Muy distinto son los cargos por extorsión, pero esos antecedentes demuestran la poca moralidad del grupo Funes en escoger sus alianzas. Funes, debe recordarse, recibió dinero del emporio de corrupción brasileño Odebrecht “para su campaña”.

La Fiscalía aún no ha llegado a Funes, sino que ha echado mano de individuos que dirán cualquier cosa, como la peregrina acusación contra Paolo Lüers (que nunca militó en ARENA aunque sí en la parte en la guerrilla).

Como en su momento dijo el abogado Pérez Benett, el primer enjuiciado por la tregua debe ser Funes para, de allí, ir desenmadejando la conjura y evitar que los políticos, sobre todo en el oficialismo, sientan la tentación de pactar con esos grupos a las puertas de elecciones.

Y esto es así porque, dada su nefasta gestión y el estado calamitoso de la economía, únicamente a través de un fraude es que la extrema izquierda puede mantenerse en el poder, como se ha visto en Venezuela.

Es muy desafortunado para el país que el partido oficial, en vez de ocuparse de enderezar la situación económica, de corregir las graves políticas que ha impuesto, está más ocupado en montar “conferencias” para apuntalar a la dictadura venezolana, de la cual se ha denunciado que tiene vínculos con el narcotráfico.

Cada día en el vecindario

hay más ventanas rotas

Solo quien no quiera ver no deja de comparar la situación de nuestro país con la relativa tranquilidad y bonanza de otras naciones de la Región, comenzando por Costa Rica y Panamá e incluyendo a Honduras y Guatemala pese a sus graves problemas.

En países bajo gobiernos que se ocupan del bienestar general y aunque no siempre adopten las mejores medidas, se hace un esfuerzo para mantener la paz interna, la prosperidad de los negocios, ambientes favorables al trabajo y la inversión.

Se busca que las cosas vayan mejorando con el paso del tiempo y no que vayan empeorando como en nuestro suelo.

No llevar ante la justicia a todos los involucrados en un crimen sería una señal muy grave de deterioro moral, institucional y cívico y podría dar lugar a pensar que se manipula un proceso a favor de una de las partes.

La situación asemeja lo que sucede cuando en un vecindario aparece una ventana rota, luego otra y así sucesivamente hasta que todo el barrio termina como tugurio.

Es lo que ha comenzado a suceder, pues el gobierno no repara lo que va descomponiéndose, ni detiene la mugre que avanza.