Dios salve a Venezuela de las maniobras de los narcos

El partido oficial ya anunció que quiere una constituyente en nuestro país “para corregir ciertos vacíos”, pero una vez instalada sucedería lo mismo que en Venezuela: consolidar una dictadura.

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Por Mirna Navarrete

08 August 2017

El mismo día que asumió la “constituyente” venezolana los chavistas procedieron a destituir a la Fiscal General, Luis Ortega, a quien luego expulsaron de sus oficinas y anularon además nombramientos de otros funcionarios, con lo que ratificaron el poder total del régimen, al que el senador estadounidense Marco Rubio vincula con el narcotráfico.

“No se trata de desmontar una dictadura y volver a la democracia, sino de desmontar toda una estructura de narcotráfico en el Estado”, aseguró el secretario general de la OEA tras ser consultado por Rubio sobre las conexiones del régimen venezolano con el negocio de la droga, según reportan medios internacionales como la agencia Efe.

La misma fuente informó que el senador republicano calificó a Diosdado Cabello, vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como “el Pablo Escobar venezolano”, en alusión al desaparecido capo de la droga colombiano.

“Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”... El partido oficial ya anunció que quiere una constituyente en nuestro país “para corregir ciertos vacíos”, pero una vez instalada sucedería lo mismo que en Venezuela: consolidar una dictadura.

Lo usual en el tema de las constituyentes es que se exponen cambios, pero una vez instaladas, como decimos, los diputados se dan licencia para todas sus apetencias, para sus venganzas, para sus tonterías y con ello proceder a tierra arrasada, a llevarse todo de encuentro cuando esos constituyentes, como en Venezuela, van tras el poder total.

Una muestra del escenario que se presentaría se dio en la procesión de la Transfiguración del Señor, cuando un grupo de activistas como zombies con sus pancartas y sus griteríos trataron de convertir esa ceremonia, muy respetada y solemne para los salvadoreños, en un mitin político de la peor especie.

--se insultó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional;

--se insultó a las gremiales del sector productivo;

--se insultó al principal partido de oposición, ARENA;

--Todo culminó apoyando la constituyente de Venezuela.

Cuando un país, por circunstancias, muerde el anzuelo de reformar su Carta Fundamental, los grupos extremistas ponen presión sobre los responsables de hacerlo, presión callejera y de otra índole.

En tal sentido redactar constituciones es una especie de “misión imposible” ya que lo válido de hacerlo choca con una amarga realidad: que los constituyentes son políticos movidos por sus propios intereses y sujetos a toda clase de presiones.

Con una “constituyente” criolla

caeríamos de lo mediocre a lo infernal

La mayoría de constituciones del mundo surgió al liberarse un conglomerado de reyes o dictadores, como ocurrió con los franceses después de la caída de la monarquía y con los estadounidenses cuando se emanciparon de la Corona británica. Y en ambos casos prevalecieron las corrientes liberales, lo mejor del pensamiento europeo de aquellos años, comenzando por la esclarecida y extraordinaria dirección de Thomas Jefferson, a su vez discípulo de grandes pensadores ingleses como Locke y Hume.

¡Cuán distantes de aquellos pensadores y patriotas están los “constituyentes” venezolanos o los que en este suelo predican la necesidad de reformar la imperfecta Carta Fundamental que nos rige!

Literalmente sería de saltar de una sartén tibia a las brasas.