Siguen los populistas atrayendo incautos con el cuento del “cambio”

Sólo recordemos que en 2009 Funes ofreció “el cambio” y luchar por los pobres, arropándose en la memoria de San Romero, pero ahora está procesado por el saqueo de 351 millones de dólares de las arcas del Estado en su beneficio y de su grupo más íntimo.

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10 April 2019

Uno de los candidatos a la presidencia de Panamá, José Blandón, promete “el cambio” y la “justicia”, una nueva manera populista de atraer al electorado incauto.

La promesa del “cambio” llevó a Obama a la presidencia en Estados Unidos y más recientemente a López Obrador en México.

Con el ofrecimiento del supuesto “cambio” llegaron al poder Chávez y los demás del Alba, varios de los cuales ahora están tras las rejas, con procesos abiertos o prófugos de la justicia.

Sólo recordemos que en 2009 Funes ofreció “el cambio” y luchar por los pobres, arropándose e la memoria de San Romero, pero ahora está procesado por el saqueo de 351 millones de dólares de las arcas del Estado en su beneficio y de su grupo más íntimo.

Lo que esta clase de políticos populistas pregonan es hacer del Estado, la res-pública, la mamandurria de una mayoría de sus partidarios. Es la vieja historia de Robin Hood, que robaba a los ricos, se quedaba con una buena tajada para su banda y repartía el resto a los pobres, como se da aquí que el pastel se lo comen los del partido oficial y dejan las sobras (los servicios asistenciales) para los pobres.

Con parecida cantinela muchos países han caído en manos de demagogos, pero sólo en Iberoamérica es que los ladrones tienen algún chance de conservar lo que roban.

Prueba de que los tiempos no son favorables a ellos es la condena impuesta a Lula da Silva y la búsqueda por todos los confines de la Tierra de Alejandro Toledo, de Perú, que fue descubierto por una borrachera que se puso en Los Ángeles. Lo que está sucediendo al expresidente panameño Martinelli, preso en un hospital, comprueba lo que pregona un viejo decir estadounidense: “el crimen no paga”, lo que no siempre se cumple; los corruptos en nuestro suelo son tantos... a lo que tendríamos que agregar los treinta y siete mil contratados por diversas dependencias estatales en una década de efemelenismo, a lo debe sumarse el “robo” de casi seis mil millones de dólares de los fondos de pensiones —como lo llaman los dirigentes sindicales—, lo que deja a los trabajadores salvadoreños con un futuro muy triste.

La clave del progreso es invertir en el sistema productivo

El bienestar de una nación es resultado de inversiones en el sistema productivo, lo que normalmente se da cuando el sector usa sus ganancias para ampliar operaciones, ser más competitivo, capacitar a su personal y contratar servicios para mejorar su posición en un mercado. Pero los buitres siempre rondan los campamentos, en este caso los saqueadores fiscales, como durante las dos presidencias previas en nuestro país: se decretaron 22 impuestos adicionales, no para beneficiar a la gente, sino para exprimirla y formar una estructura de activistas en el Estado.

Es lo que una congresista estadounidense muy de izquierda, Ocasio/Cortez, pregona: más impuestos “a los ricos” para repartir entre sus seguidores. La señora no deja pasar un día sin salir con ocurrencias tras ocurrencias, como es del caso de Bernie Sanders, quien jamas trabajó en su vida, perenne candidato a la presidencia de Estados Unidos.

El mismo “socialismo” de Hitler, de Stalin, de Mao, los grandes genocidas, que en nombre “del pueblo”, como acá, destruyeron a sus naciones. Cada disparate de Mao costaba la vida a millones de chinos.