Reviven casos menores para dejar en el olvido las atrocidades

Muchas familias no van a olvidar nunca a sus seres queridos asesinados hace quince, veinte o treinta años y, por lo mismo, no se puede borrar la culpabilidad de los responsables de tales crímenes.

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20 March 2019

Un “caso frío” (“cold case” en inglés) se refiere a crímenes que no han sido resueltos o que han caído en el olvido de las agencias policiales encargadas, pero que la detención de un individuo, el encuentro casual de pistas, un ADN que coincide con sangre derramada hace tiempo, reactiva pesquisas y puede conducir a encontrar y encausar a un asesino.

Eso se dio hace poco en California, cuando una casual comparación condujo a descubrir y apresar a un violador que asesinaba a sus víctimas pero que por más de tres decenios quedó en el anonimato.

Dígase lo que se diga, parece justo olvidar atrocidades perpetradas hace treinta o más años, pero las familias cuyos hermanos, padres, cónyuges fueron asesinados, sea por sicópatas, sea por que los asesinos creían cumplir con un mandato de su dios, esos crímenes no deben borrarse con el tiempo.

Al día de hoy se están encontrando endemoniados que perpetraron atrocidades durante el Holocausto, a los que enjuician y meten en la cárcel de por vida, o los ahorcan, como a Adolf Eichman después de llevárselo a Israel.

Muchas familias no van a olvidar nunca a sus seres queridos asesinados hace quince, veinte o treinta años y, por lo mismo, no se puede borrar la culpabilidad de los responsables de tales crímenes. “...No, mire, lo que sucede es que al asesinar a esas personas se buscaba que imperara en nuestro país la justicia social, son pequeños tropiezos en la marcha hacia la sociedad sin clases, al paraíso de la igualdad, etcétera...”.

Los nazis buscaron glorificar la raza aria, si es que vamos a darle validez a ese concepto de “raza”, como alQaeda y los yihadistas quieren limpiar el mundo de “infieles”. Tales aberraciones llevaron a la “Santa Inquisición” a quemar vivos a herejes, y a Catalina de Médici, en ese momento reina de Francia, a lanzar la matanza de los hugonotes y forzar a un éxodo de protestantes a refugiarse en los Países Bajos y eventualmente a emigrar a Norteamérica.

Cuando hay dudas se debe absolver al reo, pero en este caso eso no vale

Volviendo a los “casos fríos”, con todas las matanzas, desapariciones, ataques a la propiedad, feminicidios y varonicidios, saqueos a la Nación y general desmadre, un tribunal de apelaciones ha decidido que se repita el juicio contra un joven a quien los policías le plantaron marihuana y que, para no quedar mal, los fiscales lo acusaron de una extorsión de cuatrocientos dólares, hecho que arrojó dudas y por lo cual fue absuelto después de casi dos años en prisión (la máxima dice que cuando hay dudas se debe absolver al reo). Como se ilustra en una caricatura de Ruz en este Diario: por robar una gallina de inmediato meten en la cárcel a un pobre individuo, mientras a otros probados hampones los enjuician en libertad o los dejan tranquilitos en sus casas bajo custodia de agentes pagados por todos nosotros los salvadoreños.

¿No estamos reviviendo cientos de veces en este suelo el drama de Jean Valjean, a quien persiguen durante toda su vida por haber robado una hogaza de pan?

De allí la novela de Víctor Hugo, Los Miserables, que debe reflejar los absurdos de muchos jueces de su época, pero que al menos no ahorcaban niños por robar una cuchara como en la Inglaterra del siglo XVIII.

Revivir un caso de menor envergadura parece una cortina de humo para que el público olvide los grandes robos de los últimos años.