Construir edificios públicos resistentes debe ser la constante

La regla es que después de un terremoto se tienen que reconstruir o edificar en su totalidad muchos edificios públicos, que duran en buenas condiciones hasta el siguiente terremoto, cuando o se derrumban de nuevo o necesitan de costosas reparaciones para rehabilitarlos.

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25 February 2019

El Ministerio de Trabajo y Protección Civil le ha dado dos meses de plazo a la Asamblea Legislativa para que desaloje el edificio que ocupa actualmente, después de los daños que sufrió con el último temblor, una muestra más de lo deficientes que son muchas construcciones que realizan los gobiernos.

La regla es que después de un terremoto se tienen que reconstruir o edificar en su totalidad muchos edificios públicos, que duran en buenas condiciones hasta el siguiente terremoto, cuando o se derrumban de nuevo o necesitan de costosas reparaciones para rehabilitarlos. Solo hay que ver todavía las ruinas de los edificios de la Fiscalía y la Procuraduría General en el Centro de Gobierno, desplomados en 2001.

Este no parece ser el caso del Palacio Legislativo, que fue construido en 1970 y ha soportado los sucesivos terremotos. A lo anterior se agrega que fue diseñado para albergar a 300 personas y tiene más de 1,500 empleados.

La emergencia de diputados y personal legislativo para contar con un lugar seguro para su labor por ahora se soluciona con el ofrecimiento del presidente Sánchez Cerén de poner a disposición del Congreso las instalaciones de la Feria Internacional, medida sabia y muy oportuna.

Hay modos de evitar o reducir esos periódicos derrumbes de edificios públicos, a saber:

—lo primero, liciten los estudios de suelos para asegurarse de que la obra quedará sustentada debidamente, no como sucedió con el nuevo hospital de Maternidad, que nadie sabe si resistirá un terremoto “de a deveras”;

—lo segundo es muy simple: las estructuras de edificios públicos deben ser de acero para que duren muchos años.

Pero también, aunque se utilice acero para las estructuras, hay que supervisar los cálculos y además revisar las soldaduras, lo que no es cosa del otro mundo pero sí tiene que hacerlo personal capacitado.

El concreto armado es muy confiable siempre que una obra esté bien construida y supervisada, considerando —y este es el destino de los humanos— que sucesivos terremotos eventualmente terminan con todo.

Siempre hay que revisar y reforzar las estructuras

Por lo anterior, siempre hay que revisar y de requerirse, reforzar todas las estructuras, más tomando en cuenta que en estos trópicos no hemos caído en la maña del Norte de hacerlo todo de madera y cartón, lo que resulta en edificios flexibles y menos costosos, pero vulnerables al fuego y a los huracanes, como quedó demostrado con la devastación que María causó en Puerto Rico.

En lo que concierne a edificar y reconstruir escuelas hay que elaborar diseños modulares de razonable precio, de fácil construcción y supervisión, que sean una garantía para alumnos y docentes. Y hablando de eso, es grato saber que la improvisada escuela del olvidado caserío Los Almendros, en Acajutla, donde los padres de familia como pudieron la montaron para que su hijos aprendan a leer y lo básico de la enseñanza, será reemplazada por una adecuada construcción escolar. Dimos en este Diario la noticia y conseguimos resultados.

En general, la lección es que para reducir riesgos, en vez de placas genéricas de que tal o cual construcción se efectuó durante la presidencia de Fulano o Zutano, lo que procede es poner los nombres y las fotografías de los que diseñaron, calcularon, construyeron y supervisaron la obra, además de consignar allí su dirección y su teléfono, para que el público sepa quiénes son los culpables de que sus dineros, los dineros de la gente, se hayan despilfarrado.