Los espacios mal gobernados

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15 November 2018

El crimen organizado y las pandillas son las principales amenazas al denominado Triángulo Norte de Centroamérica, en donde se encuentra nuestro país El Salvador, pero continúan avanzado estas amenazas para América Latina y los Estados Unidos de América. La indiferencia con que los gobiernos y la misma sociedad vieron a las pandillas les brindó oportunidades que no desaprovecharon. Se han conocido muchos estudios, investigaciones y análisis de todo tipo sobre las pandillas, pero considero que no se le pone atención a sus interdependencias sistémicas; es vital estudiar este sistema para comprender muchas dinámicas de como diseñar las políticas para los próximos veinte años.

Las pandillas, el narco menudeo, extorsiones, drogas, lavado de dinero, crimen organizado transnacional, entre los principales, tienen una dinámica altamente destructiva y se aprovechan de los “espacios mal gobernados” que les facilitan sus operaciones y generan conflicto. La vida transcurre con aparente normalidad en estos sectores, municipios, barrios, cantones, caseríos, comunidades, se observa actividad comercial, hay autoridades, pero no se hace cumplir la ley, regulaciones, códigos, ordenanzas; no existe una protección real de su patrimonio, y seguridad física; hay un sentimiento de la población de no depender de esas autoridades principalmente por infiltración del crimen organizado, que rompe ese lazo ente ciudadano y autoridades; y una de sus principales manifestaciones es la falta de denuncia ciudadana ante cualquier hecho, pero en especial de los relacionados a seguridad pública y sistema judicial. Pero también en cualquier tipo de contribución o apoyo, mucho menos en investigaciones.

Por estas características en los espacios mal gobernados, las pandillas y el crimen organizado encuentran un espacio para remplazar al Estado, brindan oportunidades, proveen servicios apoderándose de negocios y microempresas, ejerciendo desplazamientos forzados y comercio ilegal y desleal por supuesto, y encuentran suficientes personas que quieren ingresar a su modelo, hay sobre demanda, si fueran una empresa no tendrían plazas vacantes, y como un factor determinante en El Salvador es la falta de atención al denominado “comercio informal” que les permite el camuflaje perfecto para lavar el dinero producto de la extorsión, y otros delitos como el narco menudeo y venta de marihuana. Por eso es vital continuar las investigaciones en todos los mercados municipales y alrededores, negocios informales, que afectan al que esta formalizado, para golpear las finanzas de las pandillas, ya que sus operaciones y economía está basada en dinero en efectivo. Por eso las municipalidades no deben continuar ausentes, y apoyar en establecer el orden y control dentro de sus competencias.

El próximo gobierno debe considerar y tomar decisiones valientes y buscar todos los mecanismos para controlar y formalizar este sector que representa el 72 % de la economía salvadoreña, en coordinación con las 262 municipalidades, para no facilitarles sus operaciones al crimen organizado y al mismo tiempo al contrabando.

Pero además el Estado debe tener presencia y brindar asistencia a los ciudadanos, debe utilizar los recursos que le brinda su poder coercitivo, pero también puede privilegiar el asistir a sus ciudadanos con servicios básicos de calidad, transformar sus vida y de paso sus comunidades, combatir los factores criminógenos, una profunda estrategia social, combate a la marginación y exclusión, y recuperar la reserva moral de sus ciudadanos en cada sector organizándolos y permitiéndoles participar activamente en las soluciones de sus problemas, y construyendo una cultura de paz.

Las escuelas representan una gran oportunidad para ser estos centros de reunificación familiar y de transformación de la educación desde la primera infancia. Hay que abrir esas escuelas los siete días de la semana y que los padres de familia con sus hijos tengan espacios seguros y de sana convivencia, de paso se mejorará la infraestructura; de igual forma que se extienda la jornada educativa hasta las cinco de la tarde y se les enseñe idiomas, arte, cultura, deportes, nuevas tecnologías de la información, robótica. Es posible e indispensable recuperar y asistir a los ciudadanos dentro de las comunidades. Vale la pena por El Salvador.

Experto en seguridad y criminología