El sapo y la dentadura

descripción de la imagen

Por

12 November 2018

Cuenta Karen que Saraí ya topó. Ya se hartó de médicos y sus consejos. La erisipela que tiene en la pierna no se le cura con nada desde hace 10 años. Se ha decepcionado de los doctores. No le hacen nada. Ya ni la tocan. Solo hablan de limpieza, de hacer dieta para la diabetes y no le recetan nada. Hoy se la ve peor. Se siente arrecha porque con todo y erisipela, no ha dejado de ir a trabajar. La verdad, piensa Saraí, es que ella ha tenido la culpa por andar creyendo en doctores. Nada saben. Pero hoy sí que está decidida a hacer lo que debió haber hecho desde un principio: conseguirse un sapo para que le saque la enfermedad. Siempre los remedios naturales han sido los más efectivos. Qué limpiezas, dietas ni nada. Dormir con el sapo por una semana y listo. El sapo se llevará la enfermedad. Karen le está ayudando a conseguir el sapo.

Lupita está impactada. Meybi, su empleada de oficios domésticos, de 21 años, hermosa, de abundante y larga cabellera, le había avisado desde hacía un mes que se iría de mojada para los Estados Unidos. Ya le había llegado el pisto enviado por sus parientes que viven en el norte, para que le pagara al coyote que la acompañaría y le ayudaría a atravesar la frontera americana. Después de su fin de semana libre, hoy llegó a despedirse de ella. Gran sorpresa recibió Lupita al notar que su empleada regresaba cholca. Durante el fin de semana, Meybi había acudido a un dentista para que le extrajera diente por diente, muela por muela, pues le habían dicho que los servicios dentales en Estados Unidos eran imposibles de pagar. Para no tener que enfrentar esa problemática, Meybi se había mandado a arrancar todas sus piezas dentales.

Estas dos historias son “historias basadas en hechos salvadoreños verdaderos en el siglo 21” y se traen como tema de este artículo para respaldar la tesis de que en El Salvador es urgente revisar el sistema educativo público que se ha implementado desde los Años Setenta, pues es fácil evidenciar que gran parte de su población no ha tenido la oportunidad de desarrollar el pensamiento crítico ni razonar con lógica, y como consecuencia de esto no ha aprendido habilidades para vivir que le permitan satisfacer plenamente sus necesidades propias, que los conduzcan a una existencia digna y de calidad.

Educación no es simplemente que las personas aprendan a leer y a escribir. Educación es desarrollar el pensamiento crítico, el cual, es un proceso cognitivo de carácter racional, reflexivo y analítico, encaminado al cuestionamiento sistemático de la realidad y el mundo, como medio de acceso a la verdad; por ello es imprescindible su desarrollo desde las edades tempranas de la vida.

El pensamiento crítico permite que las personas cuenten con una serie de habilidades que se expresan mediante la capacidad para reflexionar y razonar de manera eficiente, haciendo juicios basados en el conocimiento; analizar, sintetizar y evaluar información; y tomar decisiones y resolver problemas de su vida cotidiana; de tal manera que puedan comprender lo imperioso que es cumplir las indicaciones médicas y no quedarse sin dentadura. ¡Hasta la próxima!

Médica, Nutrióloga y Abogada

mirellawollants2014@gmail.com