Previniendo nuevas caravanas

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08 November 2018

A través del trabajo de periodistas que han entrado en contacto directo con los participantes de las caravanas migratorias se sabe que las dos grandes razones que les motiva a abandonar el país de manera masiva son el desempleo y la inseguridad. Estos dos temas están estrechamente relacionados y forman un ciclo vicioso. A mayor desempleo mayor inseguridad, a mayor inseguridad mayor desempleo y así sucesivamente. Mientras ese ciclo continúe fortalecido más y más personas huirán del país de manera sigilosa o en grandes caravanas.

Para prevenir que eso continúe sucediendo se debe ir a la raíz de manera decidida. El crear empleo es algo que no resulta fácil de lograr, mucho menos cuando el clima de inseguridad desalienta las inversiones. Pero, se puede buscar una salida audaz al tema de la inseguridad.

La aplicación de la política de mano dura ha llevado al país a una condición de conflicto armado interno. Si bien es cierto que no puede hablarse de una guerra, es un hecho comprobado que nuestro país excede los niveles de violencia de los países en guerra. Ante esa realidad se debe aceptar que los grupos armados no gubernamentales han alcanzado niveles en los que compiten con el estado por el control de las comunidades en las que ejercen una especie de gobernanza. Existe una relación funcional entre las pandillas y la población civil, principalmente aquella que ha sufrido el embate de abusos de poder de los agentes gubernamentales.

En ese contexto, se debe comprender que la continuidad de las acciones de mano dura no es más que añadir mayor conflictividad a un enfrentamiento de por sí complejo. Amén de que solamente reportan resultados pasajeros para luego traducirse en escaladas del conflicto. Las pandillas y las poblaciones civiles sometidas a su control representan un porcentaje importante del país y poseen una palabra que decir sobre sus condiciones de vida. El saber escuchar para comprender la problemática es un paso importante en la búsqueda de soluciones. Esa disposición a la construcción de entendimientos rompe el esquema de evasión y negación que se ha asumido en los últimos años y constituye un paso creativo al mismo tiempo que audaz. Pero ¿no es eso lo que se necesita ante la apabullante realidad de un pueblo en éxodo?

En lugar de someter los penales a medidas denunciadas nacional e internacionalmente como inhumanas e inconstitucionales un paso inicial debe ser la humanización de las condiciones en que viven los reos para desarrollar auténticos procesos de rehabilitación. Se reconoce que es en los penales en donde se ubican los liderazgos de las pandillas y, consecuentemente, es un buen lugar para comenzar la construcción de entendimientos que luego bajarán a los territorios. Como lo ha expresado James Gilligan: “El castigo es el detonador de violencia más poderoso que hemos inventado”. El revertir esa lógica, sin llegar a ser ingenuos ni complacientes, es un reto que debe ser asumido con valentía bajo la convicción de que es posible resolver los conflictos de manera razonable y civilizada. Los seres humanos se comportan de acuerdo a la manera en que se les trata, modificando el trato es posible obtener respuestas paulatinas que pueden conducir a la resolución de nuestro grave problema de seguridad y a evitar que más compatriotas aspiren a huir en caravanas de nuestro país.

Pastor General de la

Misión Cristiana Elim