El poder de la mujer: nuestro VOTO

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05 November 2018

Hace unas semanas asistí a un foro de discusión liderado por varias organizaciones de mujeres. Discutimos la crisis de violencia que abruma a los salvadoreños, y específicamente revisamos la violencia desenfrenada, extrema y constante que afrontamos las mujeres todos los días en El Salvador. Al conversatorio fueron invitados líderes políticos de diversas ideologías, con la intención de presentarles la perspectiva de la mujer salvadoreña a un problema que, literalmente, nos mata.

Como usualmente suele pasar en foros enfocados en temas de mujeres, hubo una mínima participación masculina y una ausencia de los líderes políticos del país. De más está expresar la extrema incomodidad que esto provocó entre las asistentes. Su ausencia solo reforzó la percepción acerca de la falta de interés que tienen en conocer y entender los temas que afectan a más del 50 % de la población. Creo firmemente que merecemos y necesitamos un cambio HOY, no mañana, y quiero invitar a las mujeres a que canalicemos nuestra incomodidad e inconformidad de tres formas puntuales.

Primero, debemos participar y aspirar a puestos políticos. La única forma para cambiar la situación actual de nuestro país, donde reina la violencia, la desigualdad, la corrupción y la apatía, es que las mujeres nos sentemos en la mesa de toma de decisiones. Reconozco que el llamado a solucionar los problemas del país es difícil; especialmente cuando estamos sobrecargadas de trabajo liderando empresas, emprendiendo proyectos, educando hijos y cuidando de nuestras familias. El añorado “balance vida y trabajo” tendrá que esperar o empezamos a negociar con padres y parejas la división de responsabilidades, porque recordemos que los hijos son de ambos.

Sé que la política es especialmente cruel con las mujeres, lo hemos visto en estos últimos meses, (más agresivo que nunca), pero les aseguro que es la hora de la valentía. Tenemos que convertir nuestro temor en acción y cambio. Es momento de reconocer que las cualidades, como la empatía, el dialogo, el manejo de conflictos y trabajo en equipo, que las mujeres poseemos (científicamente comprobado) son requeridas para promover la paz y el crecimiento económico. Pero aún más importante es que necesitamos líderes con la capacidad de gobernar con el corazón, no con el ego.

Segundo, es vital que las mujeres apoyemos a otras mujeres con las capacidades y cualidades necesarias para asumir puestos políticos; además de continuar preparando a las nuevas generaciones para que ellas también enfrenten estos retos con mayor seguridad y mejores herramientas.

En las elecciones de noviembre en los Estados Unidos la participación de mujeres en puestos políticos se ha duplicado y el 31 % de las donaciones a las campañas han sido de parte de mujeres. En la actualidad, apenas el 15 % de los puestos políticos de elección popular en El Salvador son ocupados por mujeres; y solo tres ministerios son liderados por mujeres. Es crítico resaltar la importancia de nuestra participación en política para representar a otras mujeres y responder con políticas públicas a las necesidades de este 50 % de la población, así como al desarrollo del potencial de las mujeres y las niñas salvadoreñas.

Por último, deseo hacer un llamado a las mujeres para que ejerzamos el único derecho que tenemos en total equidad con los hombres: el VOTO. Debemos entender y conocer qué ofrece cada candidato. Necesitamos las mejores mentes –independientemente de su género– al frente de nuestro país para diseñar y ejecutar soluciones a los problemas más urgentes. ¡Además, recordemos que somos la mayoría! Nuestro voto nos debe de asegurar las mismas oportunidades de educación, trabajo (y el mismo pago), seguridad y respeto.

Si verdaderamente queremos un mejor país; necesitamos más mujeres empujando cambios. Hoy por hoy, es verdaderamente vergonzoso reconocer que no ha existido en la historia del mundo, ni siquiera en el siglo XXI de un total de 196 países, UN PAÍS que ofrezca igualdad de género. No importa en que lugar del mundo escojas nacer; si eres mujer, ganas menos que un hombre, tienes una participación política minoritaria y tus derechos básicos como la vida, salud, dignidad, educación son atropellados todos los días.

Si no es tu llamado participar o entrar en política, apoya a mujeres capaces y honestas para que lo puedan hacer con éxito y confianza. Aseguremos nuestra representación, alcemos nuestras voces, construyamos nosotras el país que todos merecemos. Indistintamente de la ruta que elijas, tomemos cartas en el asunto y votemos las próximas elecciones.

Empresaria y filántropa.