Puntualidad, orden, limpieza en Alemania…

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03 November 2018

He llegado este miércoles a Nüremberg, una ciudad de quinientos mil habitantes, conocida por su gran mercado navideño y por los juicios contra los nacionalsocialistas al final de la Segunda Guerra Mundial.

He venido a preparar las visitas a cinco empresas familiares excelentes en Alemania y la siguiente semana a cinco empresas familiares excelentes en España, que realizaremos dentro del Programa para el Crecimiento y la Continuidad de las empresas familiares en El Salvador. Se trata de un programa para la preparación de los futuros líderes de las empresas familiares, que se compone de tres apartados: un viaje a Europa para realizar diez visitas técnicas, diez seminarios sobre diferentes temas, necesarios para mejorar las empresas y un proyecto de desarrollo empresarial que realizará el futuro líder.

Naturalmente, este programa requiere de una inversión, que desde ya les digo será muy rentable, y que si lo desea, puede ser financiado por un banco con el que existe un acuerdo…

Los participantes tendrán la oportunidad de aprender cómo funcionan aquí las empresas familiares y poner en marcha las estrategias oportunas para convertirse en empresas familiares excelentes en El Salvador y garantizar su continuidad preparando a los futuros líderes con tiempo.

La idea parte, de que muchas empresas familiares por falta de preparación de los nuevos líderes que le darán continuidad, corren el riesgo de ser cerradas, vendidas o mal vendidas a la competencia. El programa para asegurar la continuidad de las empresas familiares, iniciará en febrero y terminará en noviembre de 2019…

Pues al salir a la sala de espera vi a mi amigo Klaus, que como siempre que vengo a Alemania, organiza el tour que recorreremos los próximos seis días y me sorprendió con que ya tenía organizado, en el camino hacia su casa, visitar una empresa de mecanizado de metales con máquinas de control numérico…

Lo más importante que aprendí en esta visita es que aquí los pequeños agricultores, cuando sus negocios de agricultura ya no fueron rentables, se reconvirtieron, como en este caso, en un taller de mecanizado rentable, y en otros, como generadores de energía limpia por medio de paneles solares en los techos de los establos.

Como en todas las empresas alemanas, encontré puntualidad, limpieza, orden, logística sencilla, procesos sin complicaciones, ritmos de trabajo humanos y cumplimiento de las normas de seguridad industrial y prevención de enfermedades profesionales, y por otro lado, la filosofía del empresario, que solo compra máquinas alemanas usadas en buenas condiciones, que valen lo mismo que las nuevas provenientes del oriente…

También llama la atención la organización y el grado de ocupación de cada empleado, que trabaja sincronizado con los ciclos de producción de su máquina, consiguiendo el 100 % de su rendimiento y todos los lugares de trabajo son limpios y ordenados…

Aquí se distinguen perfectamente las cuatro estaciones y ahora que está finalizando el otoño, los bosques y los arboles de la ciudad, están cambiando del verde al amarillo oro y ocre, creando preciosos paisajes.

Se entiende fácil por qué aquí hay tan pocos accidentes… Sencillamente, porque la gente maneja sin prisas y respeta la señalización. Es imposible que alguien, y ya no digamos un bus, se salte un semáforo en amarillo y mucho menos en rojo. Los buses circulan por la derecha, mantienen los horarios en cada parada y los adelantamientos se realizan siempre por el carril de la izquierda…

La visita de dieciséis días que realizaremos a los dos países, tienen tanto, el sentido específico técnico y organizativo de las empresas, como también, que los participantes vean y sientan, cómo funciona un país ordenado.

¿Podría ser así, El Salvador? Si los salvadoreños decidimos cambiarlo, definitivamente.

Ingeniero

pedro@metodopr.com