“Made in China”

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26 October 2018

Como parte de mis actividades como asesora corporativa de negocios escribo regularmente en mi blog www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com. Estoy desarrollando desde hace varias semanas el tema “Emprendedores sin Dinero”. Para ilustrar los conceptos de dicho contenido he utilizado el ejemplo del proyecto “Posible Emprendimiento comercial de El Salvador y China”. Y me he cuestionado si las relaciones comerciales diseñadas por el Gobierno de El Salvador con China están siendo éticamente planteadas para la creación de un modelo de negocios asombroso, con calidad de “obra de arte” para el país.

Explicaré mi punto de vista con un ejemplo. Mi abuelo Maximiliano era un artesano ebanista de Ahuachapán. Él trabajaba la madera a mano, como si fueran esculturas de madera. Mi abuelo hacía muebles tallados a mano con una calidad impecable. Y se tardaba mucho tiempo en hacerlas. Él sabía que se tardaría una cantidad inmensa de semanas o a veces años, para crear una impresionante obra de arte en madera cincelada manualmente. Mi abuelo trabajaba por amor al arte, para instaurar admiración en cada una de sus creaciones. Su lema era causar asombro con la obra de arte (en francés se dice “la creation d´un chef d´ouvre”). He compartido la historia de mi abuelo, porque él fue un ejemplo de hacer trabajo con calidad excepcional. Las obras maestras de mi abuelo se hacían con herramientas convencionales de su época. Él buscaba la perfección y la eternidad de sus productos.

Pasemos ahora a la marca “Made in China”. Esta marca se ha asociado con la temporalidad perecedera. La mayoría de los bienes producidos en China tienen una fecha límite. Una corta vida útil. Cuando los productos son muy baratos, usualmente les acompaña la marca “Made in China”. Obviamente por ser productos de precio razonable, sabemos que no van a durar para siempre. Por supuesto, la marca “Made en China”, tiene un beneficio único: son los precios mínimos del mercado.

¿Qué sucede con los muebles “Made in China”? En su mayoría las mesas, sillas, sofás, armarios, despensas o armarios, tienen una vida útil corta. Si no los tratamos con cuidado, pueden romperse fácilmente. Un mueble “Made in China” se hace en menos de unas pocas horas, mientras que el mismo mueble hecho por mi abuelo, con madera de calidad, le tomaba meses terminarlo. Mi abuelo no construía productos, fabricaba patrimonio con un eterno valor agregado de larga duración. Mientras tanto, los productos “Made in China” no duran a veces “ni el año”.

Una buena sociedad fabrica productos y servicios de calidad con una vida útil de al menos para 4 generaciones. El concepto de legado sempiterno está incrustado en su diseño. Y la clave para fabricar productos de larga estabilidad y duración es la calidad de las materias primas y la calidad del proceso de producción.

China se ha convertido en la “principal fábrica del mundo”. Y lo hace a expensas de la calidad de vida de la fuerza laboral china. Calidad de vida definida en un contexto integral más allá de lo económico. Cuando los costos de producción mínimos son la razón por la cual muchas empresas multinacionales se establecen en China, ¿qué podemos decir sobre las prácticas poco éticas involucradas en los procesos de producción en China?

Cuando los trabajadores están privados de una educación de primer nivel, y viven condenados a estilos de vida empobrecidos en comparación con el mismo tipo de trabajo realizado en los países en desarrollo, estamos frente a la definición de la “esclavitud moderna”. Cuando los proveedores establecen fábricas en China, con el propósito de utilizar la mano de obra para reducir costos, incluso si las condiciones de trabajo son tolerables; pero no mejoran la calidad de vida de los trabajadores, eso también es esclavitud moderna. El genio de la ética, Richard T. de George ha escrito: “Y la esclavitud es, por supuesto, inmoral”.

Cualquier acuerdo de cooperación entre China y El Salvador debe elevar los estándares a la calidad de trabajo y de vida de nuestro país. Si no, estamos promoviendo un modelo de negocios de “esclavitud moderna”. Y si El Salvador no está listo con los estándares institucionales regulados por la ley, no podremos hacer cumplir la misma con las inversiones u operaciones potenciales de China que vendrán a El Salvador. ¿Deseamos un modelo “Made in China” para El Salvador?

MBA-MEng

CEO-Fundadora de Eleonora

Escalante Strategy.

www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com