El Frente en modo kamikaze

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08 October 2018

Todavía me acuerdo de las campañas políticas en las épocas anteriores a que el FMLN gobernara desde el Órgano Ejecutivo. Como lo desconocido, de por sí, asusta, era fácil asustar a la población acerca de la amenaza que representaba el FMLN desde el gobierno, creando hipérboles marxistas y cuentos mete-miedos del comunismo-mata niños. También era fácil ignorar los cuentos mete-miedo, porque lo que teníamos en ese entonces era un FMLN que se moría por la oportunidad de ganar. Por eso escogieron a un candidato como Mauricio Funes, que hacía anuncios en high definition y sabía hablar en frases completas. En esa época, hablaban de erradicar la corrupción y, bueno, digamos que era difícil tenerle miedo al Frente cuando las ganas de ganar les hacían maquillar no solo la mezquindad y ortodoxia, sino la mera incompetencia.

Pero entre esa época y ahora ha pasado casi una década. Y comparando ambas es fácil decir lo obvio: al que hay que tenerle miedo es al FMLN de ahora, porque el FMLN de ahora no tiene nada que perder y por eso están peleando en modo kamikaze. En la Segunda Guerra Mundial, uno de los escuadrones más temidos de la aviación militar eran los Kamikaze, del imperio del Japón. Su arma secreta no era secreta: eran pilotos suicidas (guiados por un fanatismo mal entendido como patriotismo) que guiaban lo que era, en esencia, aviones convertidos en misiles. La idea era estrellar la nave explosiva sin buscar sobrevivir, a sabiendas de que el daño hecho al objetivo en la mira sería igual de letal.

El FMLN actual se sabe en condiciones precarias. Haber escogido a Funes, un oportunista sin escrúpulos, les robó cualquier tipo de credibilidad en lo que a combatir la corrupción se refiere. Al sumar a esa ya dañada imagen la asfixiante incompetencia del actual presidente Sánchez Cerén y su obcecada ortodoxia de tirarse de clavado en el charco pacho que es defender las corruptelas y abusos a los derechos humanos de Cuba y Venezuela a cualquier precio, es fácil concluir que el atractivo político del FMLN está en su peor momento. Y, sin embargo, es ahora y no en la época de la hipérbole electorera, cuando más miedo dan.

Porque no tienen nada que perder, están apostándole con todo a las cartas más peligrosas, sin miedo alguno a las consecuencias porque ya no existe riesgo político. Saben que tres candidatos presidenciales en un ambiente polarizado disminuyen en gran medida la viabilidad de la candidatura de Hugo Martínez. Por eso no les da miedo acuerpar verdaderas zanganadas legislativas, como la idea mal masticada de regular los contenidos de medios de comunicación, incluyendo Netflix. Saben que la idea no será popular, pero la intención no es ganar. Lo mismo con la ajolotada decisión de cortar lazos con Taiwán para casarse con China, justo en medio de un momento en el que importunar a nuestro mayor aliado, Estados Unidos, no solo acarrearía serios riesgos para la cooperación monetaria que destina Estados Unidos a nuestro país, sino también para la estabilidad migratoria y capacidad de trabajo del millón plus de salvadoreños intentando salir adelante en Estados Unidos. Por los mismos motivos, con total ausencia de vergüenza, Sánchez Cerén desperdicia un discurso en la Asamblea General de la ONU para abogar por los gobernantes de Venezuela y Cuba (ojo, que los cubanos y los venezolanos no les interesan) a pesar de sus probadas violaciones a los derechos humanos e historial de autoritarismo y corrupción.

Lo hacen porque saben que no tienen absolutamente nada que perder. Porque saben que van a perder el comando del barco, están haciendo todo lo posible por hundirlo. Y esto es lo que a nosotros, la población a bordo, debería asustarnos.

Lic. en Derecho de ESEN con maestría en Políticas Públicas de Georgetown University. @crislopezg