Releyendo a Norberto Bobbio, influyente en el derecho, la filosofía y la política en su libro Derecha e Izquierda encontré pensamientos que 25 años después parece que fueron escritos para El Salvador de 2018. Sus postulados siguen vigentes.
Bobbio afirmó que había en Europa una sociedad de ambidextros, que no hay gente químicamente pura de izquierda o de derecha, sino que todo el mundo tiene componentes de ambas ideologías y que solo los locos son monotemáticos.
El antagonismo político en El Salvador entre FMLN- oposición está representada mediante una diada “izquierda-derecha”.
El debate político entre lo que en la derecha de fin de siglo se pronosticó y lo que ocurre nos debe ser propio y mover hacia el análisis integral. Hay obsolencia e indecisión.
Según Bobbio, la tendencia dominante entonces era dirigirse hacia un centro que pudiera ser centroderecha o centro izquierda. Si las reglas del juego político se respetan, el éxito es de los moderados, las democracias les favorecen y castigan a los extremistas. Textualmente lo cito: “El que haga política debe adaptarse a la regla principal de la democracia, la de moderar los tonos cuando ello es necesario para obtener un fin, el llegar a pactos con el adversario, el aceptar el compromiso cuando no sea humillante y cuando es el único medio de obtener algún resultado”.
El Estado Benefactor calificado por Bobbio como la mejor utopia de la humanidad ha hecho naufragar en el poscomunismo a la socialdemocracia. La expresión libertad e igualdad han cambiado la dialéctica por seguridad y libertad. La izquierda manifiesta pretender la libertad para las personas pero con el sometimiento, si es necesario, de las cosas. Dice Bobbio: “Tener una libertad igual que la de todos quiere decir no solo tener todas las libertades que los demás tienen, sino también tener igual posibilidad de gozar de esas libertades”.
Este es un escenario de crisis política. Al extremo que señala Bobbio que si bien antes era heroico ser de derecha, al contrario hoy lo es ser de izquierdas.
La elocuente muestra es la incapacidad de la izquierda gobernante para administrar. La falta de gobernanza porque no quieren o no pueden, tiene al país en un retroceso que muestra a la izquierda criolla besando la lona en el ring político.
Mientras los problemas que hicieron surgir la izquierda guerrillera, siguen ahí, la izquierda gobernante se muestra decadente, necesitada de aceite de hígado de bacalao para curarla de la anemia política.
El socialista Manuel Valls, Primer Ministro Francés fue categórico: “La izquierda puede morir si no se reinventa, si niega el progreso”. De la derecha no se afirma nada similar. La frustración y el hartazgo de la ciudadanía cuestionan nuestro sistema de partidos políticos, especialmente al FMLN.
¿Hay opción para el ciudadano?
Thomas H. Marshall afirma que ciudadano es aquel que es triplemente ciudadano: civil, político y social. No se puede ser ciudadano a medias.
La verdad de todo esto es que no hay nada decidido. Ningún modelo de izquierda o de derecha ha venido listo para armar como un lego. Todos han surgido de una improvisión ideológica en circunstancias históricas determinadas.
La ciudadanía vela por la capacidad de respuesta a las necesidades de todos a través de una buena gobernanza moderada. Nunca de extremistas.
La lucha ciudadana está presente como único remedio al hastío político. Somos más. Hagámonos sentir.
Hay omisión inconstitucional
Hay incumplimiento de deberes
Hay figura delictiva
La bandera nuestra es: Defensa de la Constitución.
La dictadura del FMLN y NIGANA está ya presente y manifestándose.
Rescatemos al país y la democracia. MANIFESTEMOS NUESTRO LEGÍTIMO RECLAMO.
Abogado