Esta noche, en el hotel Crowne Plaza, y por primera vez en El Salvador, la bloguera Yoani Sánchez impartirá una conferencia sobre la lucha por la libertad en la Cuba castrista. La Cámara de Comercio e Industria ha querido invitar al país a esta valerosa disidente, directamente desde La Habana, con el objetivo motivar reflexiones oportunas alrededor de un testimonio de vida que ha merecido la atención mundial desde abril de 2007, fecha en que Yoani publicó su primer apunte en el blog “Generación Y”.
Esta maestra de español dejó claro, desde sus primeros textos “posteados” en la red, por qué se atrevía a escribir sobre la realidad cotidiana de los cubanos bajo la férrea dictadura de Fidel Castro (quien por entonces aún permanecía formalmente en el poder): “…Este es en realidad un ejercicio de cobardía. Cada nuevo post impide que la presión aumente dentro de mí y estalle de forma comprometedora. De manera que los kilobytes deben cargar con mi impotencia cívica, con mis pocas posibilidades de —en la vida real— decir todo esto”.
Pero lo que inició como una forma de catarsis personal en cuestión de meses se transformó en un verdadero fenómeno masivo en la Internet. El llamado “mundo libre” simplemente no podía creer que desde las entrañas del castrismo una mujer estuviera llevando la “bitácora” de la frustración e impotencia de millones de cubanos de a pie, hartos de los atropellos de una tiranía que sigue siendo la más longeva en la historia política del continente americano.
De repente, sorteando las dificultades propias de un precario sistema conectivo, Yoani Sánchez empezó a explicarles a sus propios compatriotas —con el resto del planeta como testigo— que no era “normal” que los servicios noticiosos fueran enteramente estatales, que se entendiera por “elecciones” los cíclicos nombramientos de delegados a una Asamblea Nacional controlada por la misma autoridad inamovible, o que grandes escritores cubanos, leídos con admiración en otros países, estuvieran prohibidos dentro de la isla que los había visto nacer.
La sinceridad de Yoani, por supuesto, la colocó pronto en la mira del régimen. Además de las acusaciones y acciones intimidatorias, de las que ya hablé en un artículo anterior, la rebelde escritora tuvo que sufrir la infaltable censura. En marzo de 2008, sin decir agua va, la colocación de un filtro tecnológico fue suficiente para bloquear su blog, de manera que podían leerla en cualquier rincón del orbe menos en Cuba. La eterna inconforme lo denunció con todas sus letras: “Desde hace un par de días Generación Y es solo un mensaje de error en la pantalla de numerosas computadoras cubanas… Sin embargo, la reprimenda es tan inútil que da pena y tan fácil de burlar que se trueca en incentivo”.
Gracias a una inmensa red de voluntarios que fuera de la isla subían los textos de Yoani, el blog pudo sostenerse en la red durante los siguientes tres años, hasta que en 2011 finalmente los cubanos pudieron volver a tener acceso al sitio. Jamás cesaron las intimidaciones —que se mantienen hasta el día de hoy—, pero nada ha conseguido que Sánchez abandone su cruzada en favor de los cambios profundos que necesita su país.
“Generación Y” obtuvo más de cien mil seguidores antes que lo consiguiera el mismísimo Fidel Castro a través de aquellas “reflexiones” con las que se fue poco a poco despidiendo de este mundo. Hoy el blog de Yoani es el más seguido fuera de Cuba, con unos catorce millones de accesos mensuales y una traducción casi simultánea a diecisiete idiomas. A partir de 2014, además, la incansable bloguera dirige un periódico digital disidente: “14ymedio”.
La cita de hoy a las 7:00 p.m. con esta cubana rebelde tiene el sabor inconfundible de la complicidad. Cuando Yoani Sánchez nos hable de su extraordinaria lucha, los salvadoreños sabremos apreciar mejor la libertad y la democracia de que todavía gozamos.
Escritor