¡Prometer es comprometerse!… La RAE en su diccionario dice: “Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo”… Es decir, las promesas son voluntarias… Se hacen con la expectativa y buen deseo de cumplirlas…
¿Y por qué muchas promesas no se cumplen?… Depende de que tipo de promesas y de cómo las circunstancias cambian entre el momento que se hicieron y el momento de cumplirlas.
Las hay de diferentes tipos… Por ejemplo, mi hermana mayor prometió visitar y rezar en todas las iglesias de El Salvador. Cuando me lo contó le respondí: yo te llevaré. Y durante muchos fines de semana visitamos en todos los departamentos muchos pueblos y sus iglesias. A otra hermana en sus momentos difíciles en San Francisco, alguien le aconsejó aferrarse a San Alejo y prometió que siempre que viniera a El Salvador, iría a San Alejo. Desde hace años cuando viene, la llevo a cumplir con su santo. En estos casos las promesas se cumplen porque se suman los esfuerzos de personas para cumplirlas…
Pero hay promesas que se quedan sin cumplir, porque otras de las que dependía su cumplimiento, no se cumplieron. Por ejemplo, cuando alguien se compromete a conseguir unos resultados y de esos resultados se promete compensar la creatividad y el esfuerzo. Si la primera promesa no se cumple, hay que asumir que tampoco la segunda.
Muchos matrimonios, la promesa de unión hasta que la muerte los separe, la cumplen y conviven durante décadas disfrutando los buenos tiempos y apoyándose en los menos buenos... Pero, otros por sus desavenencias e inconveniencias no pudieron cumplirla y decidieron separarse…
¿Y con las promesas políticas, cómo funciona?… Los políticos, sobre todo, los malos políticos, son los que más promesas han hecho y no las han cumplido. Son los que más han engañado y fallado a sus electores y los que más los han decepcionados sobre el famoso “cambio”… Que por cierto, también desprestigiaron el concepto “cambio”, pues en lugar de para mejorar, como en todo el mundo, aquí fue para empeorar…
¿Mienten los políticos cuando prometen? Sí, prometen cosas que no serán capaces de cumplir… Se guían por la falsa creencia que la gente les cree todo… Y evidentemente, engañaron a sus electores, o bien de verdad les creyeron, o los votaron concediéndoles el beneficio de la duda.
En la próxima campaña electoral, y con la lección aprendida, debemos saber evaluar qué promesa es posible, y si quien la hace tiene el perfil y el respaldo profesional, moral y ético, para cumplir con lo que está prometiendo y, además, saber dimensionar lo que ofrece y quiénes son su equipo de confianza que le ayudará a cumplir las promesas.
Con lo que ha pasado y se sabe de los dos gobiernos anteriores, con un expresidente ya condenado y otro escondido, sus equipos de confianza se concentraron más en el saqueo de los fondos que en cumplir las promesas.
Debemos evaluar bien a los candidatos y a sus equipos, que desde ya deben comprometerse personal y profesionalmente, con hacer posibles las promesas electorales y desde el primer día de gobierno aplicando las nuevas tecnologías de la información y comunicación, montar un sistema para que los electores evaluemos semanalmente el cumplimiento de las promesas. Es importante que controlemos, que ya en el poder, como sucedió hasta ahora, no se olviden de sus promesas.
Ingeniero
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