El “benchmark” político

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19 September 2018

La campaña política, de manera informal, ha iniciado. Y a los tradicionales temas de campaña, seguridad y economía, que son los predominantes en las contiendas electorales, con los que se ganan o pierden elecciones, se les ha añadido el tema de la corrupción. Llega a tal grado que si en cuatro meses y medio que nos toque ir a las urnas se mantiene la actual ecuación, con la mayor parte de la gente en desencanto y molestia por el accionar de “la clase política” (Bukele se proyecta como “outsider”), vendiéndosenos que todos los políticos son iguales y que, en el fondo, es el sistema el podrido, este sería tema predominante para la elección del 3 de febrero; puede llegar a pasar, por el sentimiento existente en contra de la política tradicional, agravado por los desfalcos de los últimos presidentes al erario.

Pero de emociones no se come y la economía familiar, en la mayor parte de los hogares salvadoreños, anda muy mal. El tema de la generación de empleos, la creación de oportunidades que viene a ser la otra narrativa que se intenta construir, es un tema de primer orden que, por razones obvias, le beneficia a Calleja. Por fuertes que puedan llegar a ser las emociones en coyunturas como la actual, no se come de ellas; los alimentos en la mesa familiar llegan por el fruto de nuestro trabajo, ya que es el trabajo duro lo que al final remunera. Empleo, creación de oportunidades es lo que la mayoría de nuestros compatriotas pide para salir adelante y es este uno de los principales fallos del proyecto político en el poder.

En el oficialismo Empresas-Estado es el chip que predomina; de ahí “las empresas Alba”, e incluso “el Grupo CEL” (a manera de ejemplo del pensamiento descrito) y las que decidan los representantes para la región del politburo chino, si aprueba la Asamblea las leyes para las ZEE en oriente. Empero, “en política nunca hay que decir nunca”, dijo en más de alguna ocasión Ronald Reagan, por lo que mal harían los equipos de campaña de los otros dos candidatos en desechar toda posibilidad para el candidato Martínez, que es quien más cuesta arriba la tiene, pues es así; pero por mala que haya sido la década del FMLN al frente del gobierno, continúa teniendo el oficialismo un partido fuerte y organizado a nivel nacional.

Por otro lado, no es producto de la casualidad que se haya entrampado la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, cuatro de ellos para la Sala de lo Constitucional. Cuesta pensar en alguna otra explicación que no sea el que también se acerca el momento de elegir Fiscal General de la República y en el hecho de que en la lucha contra la corrupción se está llegando a los niveles más altos. Férreas deberán estar siendo las resistencias, pero también sigilosas pues nadie en su sano juicio quisiera quedar retratado en oposición al combate al flagelo. Lula, Cristina Kirchner, Correa, Martinelli, Otto Pérez... la lista de detenciones, procesos y menciones continúa y va desde el Río Grande hasta la Patagonia.

En cuanto al tema seguridad, habiendo probado el gobierno de Funes con “la tregua”, y el presente, con “leña al mono”, la gente sabe que no habrá fácil solución, ya que tendrán que pasar años de inversión en las comunidades, proveyendo los servicios básicos de manera integrada —inversión en clínicas, hospitales, medicinas y profesionales de la salud; escuelas equipadas, maestros, educadores; infraestructura, recreación y un largo etcétera— con presencia de forma permanente en el territorio mientras a su vez se combaten las acciones delictivas per se. En resumen: la creación de oportunidades para los preadolescentes y adolescentes, que no sean la calle/pertenencia a grupos pandilleriles, o emigrar. Y continuar llegando a las partes superiores de la pirámide del crimen.

En más de alguna oportunidad he oído decir a un apreciable amigo que nos sentiríamos todos mejor con un par de puntos arriba de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación. De acuerdo quien escribe con que esto es así, lo dejo como un punto más a pensar quién de los candidatos, o de sus proyectos políticos, tiene la mayor capacidad para lograrlo.

Abogado y periodista