Mi primer 15 de septiembre

descripción de la imagen

Por

15 September 2018

Cuando tenía 10 años y estaba en cuarto grado en la escuela Dr. Nicolás Aguilar, en San Vicente, participé por primera vez en los ensayos de marchar en fila de cuatro con el resto de los compañeros, en el patio de la escuela, después del recreo de la tarde, cuando ya no hacía tanto calor. Y nuestra maestra, doña Concha Velazco, nos explicaba la razones de celebración del 15 de septiembre. Y lo orgullosos que debemos sentirnos por ser salvadoreños y que gracias a los Próceres somos un pueblo libre y vivimos en democracia. En ese entonces, el Presidente de la República era el coronel Óscar Osorio, que no se por qué razón vino una vez a San Vicente y me adherí al grupo de niños curiosos que lo querían ver…

Llegado el 14 de septiembre por la noche me plancharon el uniforme y mi madre me mando a lustrar bien mis “burritos”. Así se llamaban los zapatos que cubrían el tobillo.

Antes de acostarme vi el uniforme almidonado y bien planchado y mis burritos bien lustrados. Fue una gran emoción que al día siguiente participaría por primera vez en un desfile en las calles de San Vicente, entonces empedradas.

A las seis de la mañana del 15 de septiembre me despertaron para bañarme, desayunar y luego vestir el uniforme almidonado y bien planchado y antes de salir, nuevamente le di un buen repaso, a los burritos para que brillaran.

A las ocho y formamos y salimos marchando con la banda de guerra adelante, entonces formada por unos diez muchachos con redoblantes y tromperas y los abanderados después…

Estuvimos bajo el sol hasta que dieron la orden de empezar con el desfile tal como nos habían enseñado, llevando el paso, poniendo atención al ritmo que marcaba la banda de guerra, con los brazos estirados, moviéndolos correctamente y con la frente en alto, sintiéndonos orgullosos de ser salvadoreños.

Pero el momento más importante de ese día para mí fue buscar entre la gente alrededor del parque Cañas la presencia de mi madre que me había prometido irme a ver al desfile y después de buscarla siempre con la frente hacia delante, pero con la vista hacia el lado donde pensaba que estaría, la encontré y la vi quizás unos dos segundos, que fueron suficientes y de gran emoción al sentir su mirada y lo orgullosa que se sintió al verme pasar marchando con la frente en alto y sintiéndome orgulloso de ser salvadoreño…

Pues ayer que fue 15 de septiembre me fui bien temprano a San Vicente a ver el desfile y recordar esos inolvidables momentos de la celebración por primera vez, del Día de la Patria.

Hoy las cosas son diferentes: las bandas de guerra se llaman de paz, aunque vivimos con menos paz y con más miedo; ya no marchan sino que bailan y en los discursos que se decía “niños”, hoy se dice “niñas y niños”, “maestras y maestros”, “salvadoreñas y salvadoreños…”.

Cada uno recuerda su primer 15 de septiembre a su manera, la mía es recordar ese primer desfile y la mirada orgullosa de mi madre, viéndome marchar con la frente en alto y sintiéndome orgulloso de ser salvadoreño, tal como ella también me lo había indicado…

Ingeniero

pedroroque@metodopr.com