Una mujer valiente

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11 September 2018

Diciembre de 2008. La Habana, Cuba. Una joven filóloga de 33 años recibe en su casa un citatorio inquietante. La temida Policía Nacional Revolucionaria le ordena presentarse de inmediato para recibir un aviso tan seco como perentorio. “Queremos advertirle que usted ha transgredido todos los límites de la tolerancia”, son las palabras que ella escucha. Sabe que está siendo vigilada desde hace mucho, las amenazas han ido en aumento y a su esposo ya le han detenido varias veces.

El régimen que pretende desmoralizarla conoce maneras muy creativas para conseguirlo; las formas de su disidencia, sin embargo, no son tan fáciles de maniatar. Contra la hostilidad que la rodea, ella descarga su fina pluma en un blog, “Generación Y”, que se lee con creciente admiración en todo el planeta. Sus palabras llegan, con pulcra sencillez, hasta donde ningún opositor al castrismo ha podido llegar. Por eso la revista “Time” la ha reconocido como una de las cien personas más influyentes del planeta. Se llama Yoani Sánchez, hoy de 43 años, y la suya es la historia de un espíritu rebelde que ha sido capaz de desafiar, por una década, a la peor tiranía latinoamericana de todos los tiempos.

“He vivido fuera de mi país, pero he regresado porque he entendido que para mí la vida no está en otra parte, sino en otra Cuba”. Así lo expresa esta mujer valiente a la que el mismísimo Fidel Castro, sin atreverse a nombrarla, la acusó de estar al servicio de “la prensa neocolonial” extranjera. Yoani nunca se inmutó ante las amenazas del Comandante en Jefe. “Entrar en una controversia con él no es algo que me genere ningún orgullo personal”, escribió en 2009, en la edición española que reunió por primera vez sus crónicas. “Prefiero condenar a la no respuesta a quien llenó mi vida con su imagen, su uniforme verde olivo y sus discursos interminables”.

Yoani Sánchez, nacida en 1975, se graduó de la Universidad de La Habana con una tesis provocadora: “Palabras bajo presión. Un estudio sobre la literatura de la dictadura en Latinoamérica”. Sus profesores entendieron bien a qué se refería, pero le permitieron obtener su título en Filología Hispánica. Nadie se imaginaba entonces que aquella muchachita, tras laborar en una editorial especializada en literatura infantil y dar clases de español a turistas alemanes, iba a convertirse en la pionera de las páginas digitales que desafiarían la terrible censura cubana.

Dos años pasó Yoani en Suiza, tratando de sobrevivir, pero en 2004 decidió volver a La Habana. Tuvo que destruir su pasaporte para que el castrismo no la repatriara a Europa, tal como ordenan las leyes cubanas cuando alguien ha pasado más tiempo del debido en el exterior. En los días en que creó “Generación Y” ni ella misma imaginó que sus textos sobre la vida cotidiana en la isla le iban a granjear tantos admiradores alrededor del planeta. Debido a su audacia, Yoani ha recibido el premio “Ortega y Gasset” de periodismo digital y el “María Moors Cabot” de la Universidad de Columbia. La revista “Foreign Policy” la seleccionó, en 2008, como uno de los intelectuales más influyentes de la actualidad, y la cadena CNN incluyó al suyo entre los 25 mejores blogs del mundo. Incluso ha estado nominada al Premio Nobel de la Paz.

Por supuesto, ni detractores ni afrentas han faltado a esta mujer que lucha tan desigualmente contra la opresión. Se le ha negado la salida de la isla en infinidad de ocasiones (sobre todo para ir a recoger sus premios), su libro “Cuba libre” está prohibido entre sus compatriotas, su blog ha sido censurado por años, su esposo Reinaldo Escobar ha sufrido detenciones y palizas arbitrarias, y ella misma ha recibido agresiones, casi donde quiera que va. Pero ni así ha logrado el castrismo silenciarla. Yoani Sánchez estará la próxima semana en El Salvador, compartiendo su testimonio de resistencia. Una cita imperdible.

Escritor