Entendiendo diplomacia para con China

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29 August 2018

El sentimiento antinorteamericano del FMLN está presente desde su fundación, incrustado en el ADN de sus líderes y eje de educación ideológica a su militancia; así, elevan a categoría de enemigo a lo que denominan “imperialismo yanqui” y líderes históricos han llegado al extremo de quemar la bandera tricolor de barras y estrellas.

Si no creen lo que aquí escribo, invito a consultar el documento, otrora secreto, denominado “Sobre el Desarrollo del FMLN”, suscrito por la Comandancia General en Morazán el 28 de noviembre de 1983 y hoy público en la red.

En él hablan sobre el movimiento de masas, su gran fuerza orgánica y política desarrollada bajo la influencia ideológica del socialismo y “el antiimperialismo”.

En ese documento, los líderes históricos (algunos todavía vivos y “en-Troikados”) manifiestan que el papel histórico del FMLN se mide por: “a) La toma revolucionaria del poder; b) La instauración de un gobierno antioligárquico y antiimperialista; c) La creación del Partido Marxista-Leninista Único; d) El aseguramiento del avance al socialismo del proceso revolucionario; e) Su contribución a la unidad de las fuerzas revolucionarias centroamericanas”.

Esa ideología y compromisos con factores externos llevó ese año al FMLN a declararse abiertamente marxista-leninista, abrazando con fervor a la moribunda Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que estaba colapsando en medio de la Guerra Fría con Estados Unidos, en implosión de la Perestroika de Mijaíl Gorvachov.

Con el derrumbe de los sóviets, el FMLN se queda sin referente, hasta que aparece en la escena geopolítica la Venezuela de Chávez, el Socialismo del Siglo XXI y la cooperación económica e ideológica del Alba, contrapuesta al libre comercio que Estados Unidos impulsaba en América (ALCA) que culminó con múltiples Tratados de Libre Comercio (TLC).

Venezuela, ya sin el liderazgo natural de Chávez y bajo la presidencia de Maduro, marcó más temprano que tarde el colapso el Socialismo del Siglo XXI.

En El Salvador, también la gallina de huevos de oro fue desplumada, con fracasados negocios de Alba Petróleos, corrompiendo voluntades y el financiamiento de dos campañas electorales. Las finanzas de la maquinaria electoral del FMLN para el 2019 están críticas.

El gobierno, en plena guerra comercial entre Estados Unidos y China, abrió relaciones diplomáticas con el dragón oriental, como desaguisadamente lo hizo en 1983 con la Unión Soviética, sin importar las consecuencias, incluso sin pensar en miles de compatriotas que trabajan en el país norteamericano.

Se dice que China ya financia a Venezuela, a su estilo, con préstamos atados, invitando a invertir a las empresas estatales chinas. Si el país receptor de los préstamos no puede honrar pagos de esa deuda, China podría convertirse en propietaria de sus recursos. Se sabe que China otorga préstamos atados apoyando proyectos de infraestructura en el exterior en países geopolíticamente importantes para su estrategia de expansión.

Recientemente, el diputado Tsai Shih-Ying, del Partido Progresista Democrático (Taiwán), denunció que el gobierno salvadoreño había exigido más de US$27 mil millones para mantener relaciones diplomáticas, obligando a Taipéi a la ruptura diplomática con El Salvador.

La izquierda salvadoreña se olvida hoy que el ex presidente taiwanés Chen Shui-bian fue condenado a cadena perpetua por corrupción, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, lo que incluyó la compra de voluntades en la cooperación para el respaldo internacional a Taiwán.

Circula la hipótesis de que Gobierno y FMLN, de manera obscura y abrupta, han establecido relaciones con China alistándose para las elecciones presidenciales de 2019. Se especula que, para esconder el trasiego internacional y posible blanqueo a la Fiscalía, los chinos descontarían deuda a Venezuela y ésta perdonaría millonaria deuda a Alba Petróleos. Ya libre y líquido, podría financiar la campaña.

Exministro de Economía

resmahan@hotmail.com