El giro de timón

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28 August 2018

"Cuando el río suena piedras lleva”, dice la sabiduría popular. No había concluido la cadena nacional en la que anunciaba Sánchez Cerén que rompía 85 años de relaciones diplomáticas con Taiwán para abrirlas con China popular, cuando en el otro lado del mundo el ministro del Exterior taiwanés denunciaba que el gobierno del FMLN le había solicitado a su gobierno “una suma astronómica” de dinero para echar a andar un puerto inviable y para la campaña política. Algo que negaron el gobierno y el FMLN, pero como tampoco es que se caractericen por ser libros abiertos, a quién creerle? Repasemos para ello los hechos: hace unas semanas salió el gobierno con una “iniciativa de creación de zonas económicas especiales” alrededor del puerto, a meses del término de su gestión.

Surgió debate alrededor de que la respectiva concesión se le daría a los chinos y vino la primera alerta de parte de la embajadora de los Estados Unidos, Jean Manes. Carlos Alberto Montaner, usualmente tan bien informado, sostiene en su columna de la semana pasada que China le habría hecho al FMLN una oferta magnífica: hacer en El Salvador el centro de distribución de los productos chinos para toda la región. A cambio, sostiene, del 12 % del territorio —la franja costera— en “régimen especial”, cuyos derechos de explotación serían entregados a los developers chinos. El gran problema de los negocios con “la China comunista”, advierte Montaner, es que por su naturaleza de partido único y falta total de libertades, pacta con ciertos gobiernos.

El manejo de las relaciones diplomáticas, ciertamente, le competen al ejecutivo, como han venido diciendo voceros del gobierno del FMLN; más no así el marco legal de zonas económicas especiales. Las reacciones al cierre de relaciones diplomáticas con Taiwán y apertura con China no se hicieron esperar, tanto nacionales como internacionales. “China no quiere crear empleos en Centroamérica” dijo anteayer en Guatemala el congresista estadounidense Will Hurd, al final de un viaje por nuestro país, Honduras y Guatemala. Ya antes había reaccionado el Senador Marco Rubio, entre otros miembros del Capitolio, y luego fue la Casa Blanca la que expresó que evaluarán su relación con El Salvador.

La ruptura de relaciones con Taiwán y apertura con China popular, para decirlo claro, no es un mero asunto económico; ni siquiera político ‘per se’ pues la mayor parte de naciones tienen relaciones diplomáticas con China popular: el tema es de carácter geopolítico, ya que China se encuentra en un enfrentamiento (algunos le llaman guerra) comercial con los Estados Unidos, y en época de posicionamiento estratégico político-militar a nivel global. Siendo la segunda economía en el mundo, sin pesos y contrapesos internos, como Estado-empresa ha venido ganando influencia en nuestro hemisferio aún cuando en algunas “inversiones” le haya ido tan mal como en Venezuela.

“No importa el color del gato lo importante es que cace ratones”, dijo el reformista chino Deng Xiaoping, para explicar las reformas económicas iniciadas en 1978, basadas en el libre mercado. A una mayor concepción económica hacia lo Adan Smith y menos hacia los postulados de Karl Marx y sus seguidores, la potencia asiática pasó a convertirse en la segunda economía del planeta y a sacar de la pobreza a unos quinientos de los mil doscientos millones de chinos. Hong Kong, por entonces protectorado británico, podría haberles demostrado que hay buenas y malas políticas públicas y que las que ellos aplicaban en la parte económica en la China popular, condenaba a su población a vivir en la pobreza.

En cuanto al contexto local, en una coyuntura de sequía de las tuberías del combustible de la Alba y de los petrodólares de ahí derivados, con los que tan generosamente contribuía el chavismo a sus aliados, un verdadero giro de timón ha dado el gobierno del FMLN en este inicio de campaña presidencial, que ha generado advertencias y reacciones de nuestro principal socio comercial y lugar de residencia de una tercera parte de nuestra población: los Estados Unidos. Y no creo que haya sido por la forma en que se dio la ruptura tras ochenta y cinco años de relación con Taiwán y a meses plazo del fin del período presidencial; más creo que como dice la gente, “por algo será” .

Abogado y periodista