El cáncer populista llega a México

descripción de la imagen

Por

30 June 2018

Se le hizo a AMLO. En este caso, todo indica que para Andrés Manuel López Obrador, el candidato mexicano que promueve el nacionalismo populista, la tercera será la vencida. Se ha lanzado a la presidencia tres veces, y ha perdido las primeras dos. Sin embargo, todas las encuestas apuntan a que resultará victorioso en las elecciones de este domingo. Cualquiera pensaría, equivocadamente, que por haber sido candidato tantas veces, los mexicanos tienen más que clarísimo el plan de gobierno de AMLO. La realidad de las cosas, sin embargo, es que nadie sabe exactamente qué esperar de la plataforma política de AMLO porque como lo describieron dos analistas políticos en la revista Global Americans, sus propuestas “son una colección de nociones con pocos detalles y abundancia de contradicciones”.

Entre estas contradicciones se incluye la de buscar la autosuficiencia energética, cuando el país acaba de abrir la industria petrolera a la inversión extranjera. También quiere la autosuficiencia agrícola, cosa que sería perfecta si no implicara el encarecimiento de producir dentro de México muchos productos que simplemente sale más barato importar. Ha cuestionado el valor de tener una corte suprema de justicia, una postura que hace que la comparación de AMLO con Hugo Chávez no suene tan descabellada.

Su nacionalismo suena muchísimo como el de Donald Trump: sentimentalismo xenofóbico con implicaciones de políticas públicas que afectarían las relaciones diplomáticas de México con su mayor socio comercial, Estados Unidos. También como Trump, AMLO basa muchas de sus promesas en su narcisismo mesiánico: solo él es la solución y el remedio a los fallos que han debilitado tanto las instituciones y el estado de derecho en México. Como con Trump, existe un importante segmento de la población a quienes les es indiferente que la plataforma de AMLO sea vaga, poco concreta, o imposible de implementar, pues su culto a la personalidad ha sido la gasolina de su candidatura.

¿Qué cambió entonces AMLO para que después de haber sido rechazado dos veces el electorado ahora quiera darle una oportunidad? Nada. El cambio se dio en el electorado, que no solo es más joven, también está más harto que nunca. Hartazgo de la clase política y de los partidos tradicionales que han buscado resultados diferentes haciendo la misma cosa. Hartazgo de que no hay quien rinda cuentas del nivel de corrupción y delincuencia que continúan en aumento, y que incluyen un estado que a pesar de haber jugado un rol en la muerte de 43 estudiantes desaparecidos y asesinados en Ayotzinapa, goza de total impunidad.

Como lo describió el periodista mexicano Enrique Acevedo en una columna en el Washington Post, el electorado se siente traicionado de que las elites políticas de siempre hayan demostrado incapacidad o desinterés en hacer algo por los 50 millones de mexicanos que viven bajo la línea de pobreza. Y no es que la población esté prestando oídos sordos a las advertencias de analistas y comentaristas políticos que ven en una potencial administración de AMLO el equivalente a tirar a México a un abismo, simplemente la población considera que México ya está en ese abismo, como producto de décadas de administraciones corruptas, y que hay poco que perder en tratar lo desconocido.

Lic. en Derecho de ESEN con maestría

en Políticas Públicas de Georgetown University.

Columnista de El Diario de Hoy.

@crislopezg