Impredecible

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Por José María Sifontes

16 June 2018

La Copa Mundial de Fútbol ya comenzó y el mundo entra de nuevo en una especie de trance colectivo. Pocas cosas que suceden en el planeta atraen tanto la atención como este evento, pocas cosas igualan tanto a las personas. En suntuosas mansiones y en exclusivas salas VIP para altos ejecutivos en los rascacielos de las grandes ciudades, hasta en los barrios más pobres y apartados de la Tierra, habrá algo en común. Se aglomerarán personas frente a las pantallas de televisión de los almacenes, y completos desconocidos comentarán entre sí las jugadas, con una familiaridad tan natural que dará la impresión que son amigos de toda la vida.

Los problemas y las preocupaciones cotidianas pasarán por un tiempo a un segundo plano y serán sustituidos por la emoción de ver al equipo favorito jugando, y la tensión psíquica que genera cada jugada en el momento de la verdad. El fútbol tiene un efecto estimulante, evasor. Hace fluir la adrenalina, y no sería una sorpresa que un partido altamente cargado de expectativas generara la producción de dopamina en el cerebro como lo hacen algunas drogas.

Es que el fútbol da para todos. A unos solo les interesa que gane el equipo de su preferencia y que quede humillado el que les da antipatía. Otros se sienten atraídos por la belleza del juego, y otros, más sabedores o que creen serlo, por los planteamientos tácticos y las estrategias. Filósofos, sociólogos y científicos diversos se hacen la pregunta del porqué este deporte fascina tanto a la gente.

Muchas cosas pasan durante las copas mundiales, esposos que se reconcilian, enemigos que se vuelven a hablar, o viceversa. Justificación perfecta para el apostador, para el que busca un buen pretexto para salir de la casa o ausentarse del trabajo. Un consuelo para los enfermos, una tregua para los afligidos. La escena en los hospitales de médicos y pacientes mirando juntos el partido, y abrazándose con cada gol, es de mis favoritas.

Y muchos, aquí me incluyo, que sin saber nada de estrategia pero a quienes encanta este deporte, hablando como eruditos, y repitiendo cosas que se escucharon en alguna parte: Que Francia es el mejor equipo hombre por hombre, que Alemania tiene la mejor maquinaria de juego, que Inglaterra dará la sorpresa.

Ni la comunidad científica ni las principales instituciones financieras, expertas en medir riesgos (por tanto, posibilidades), han querido desaprovechar la oportunidad de participar. Utilizando Inteligencia Artificial y lo más sofisticado en modelos estadísticos han dado sus pronósticos. Goldman Sachs, la mundialmente influyente institución financiera norteamericana, pronostica un claro ganador.

Utilizando potentes máquinas capaces de aprender, creó 200,000 modelos simulando un millón de variaciones del campeonato mundial, llegando a un resultado que a muchos gustará. Brasil será el próximo campeón, ganando en la final a Alemania. Pronostica asimismo que Francia llegará cerca pero perderá ante Brasil; que España y Argentina perderán en los cuartos de final, y que la sorpresa la dará Arabia Saudita, pasando a la segunda ronda.

De acuerdo con Bloomberg, UBS, el banco inversor suizo, con la colaboración de un equipo de 18 analistas y editores, y corriendo 10,000 simulaciones por computadora, pronostica que Alemania ganará, derrotando a Brasil en la final.

Pero en el fútbol no hay certezas, y la Copa Mundial, con sus infinitas eventualidades, es impredecible. Goldman Sachs lo acepta y termina indicando que precisamente esto es lo que la hace tan excitante.

Médico psiquiatra