Implicaciones políticas de la criminalidad en El Salvador

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Por Luis Enrique Contreras Reyes

07 June 2018

En mi artículo pasado plasmé datos de todo lo incautado por las autoridades nacionales, en los operativos recientes: Jaque, Cuscatlán y Tecana; donde también se detuvo a muchas personas. Ahora el abordaje consiste en esbozar de cómo la evolución sistemática de las maras en nuestro país representa un flagelo de enorme envergadura y si no lo frenamos eficientemente, se expandirá en áreas donde será complicado resolverlas posteriormente.

Las investigaciones policiales revelaron detalles del requerimiento presentado en la Operación Cuscatlán, donde el Ministerio Público expone que anualmente la pandilla movió aproximadamente $4.5 millones producto de la extorsión y parte de ese dinero lo destinó a compras de armas, para entrenar a 500 pandilleros para atentar contra funcionarios públicos.

Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con los votos obtenidos para concejos municipales en las elecciones de 2015, el tribunal por medio del Ministerio de Hacienda entregó en total como anticipo de deuda política a los partidos $3.4 millones. Comparamos ambos datos y vemos como con el dinero obtenido por las extorsiones, los grupos criminales de nuestro país fácilmente podrían financiar a funcionarios y partidos políticos.

Las maras y pandillas representan una insurgencia criminal y no les interesa derrocar al gobierno, solamente buscan controlar territorios y expandir su actividad delincuencial a más lugares. La legitimidad se ve mermada enormemente y queda en una ambigüedad desconcertante, en la que el Estado salvadoreño pierde su autoridad, con la creación de gobiernos locales paralelos por las estructuras criminales. Su poder de incidencia estatal se evidencia cuando compran voluntades de algunos, policías, militares, abogados, jueces, etc. De los cuales ya se han hecho detenciones en otras ocasiones.

La vorágine delincuencial en nuestro país va más allá de asesinatos de pugnas entre pandillas y extorsiones a empresas. Su estructura va nutriéndose de componentes políticos que les permiten detentar poder en territorios y administrarlo a su antojo, obligando a alcaldes y a comunidades enteras a cooperar con sus exigentes peticiones. Las implicaciones geopolíticas negativas se avecinan; el presidente estadounidense Donald Trump, dio a conocer su idea de recortar la ayuda económica a países que no controlan la migración y que algunos de estos inmigrantes se incorporan a grupos criminales en EE. UU.

La criminalidad en nuestro país provoca el desplazamiento forzado de familias enteras, donde muchos de sus miembros desesperadamente huyen hacia EE. UU. y es aquí donde muchos de ellos para subsistir no tienen más remedio que delinquir. En 2015 el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), Jan Egeland, dijo que la violencia criminal de las pandillas y los cárteles de la droga que operan en El Salvador han forzado a 289 mil personas a huir de sus hogares.

Entre los casos más preocupantes, Egeland mencionó el caso de El Salvador y de Centroamérica, donde “la criminalidad está empujando a la gente a abandonar sus hogares por cientos de miles”. Indicó que El Salvador, Honduras y Guatemala tienen en conjunto más de 550,000 desplazados internos, según el informe del CNR. Algunos de los éxodos forzados en El Salvador que se registraron por amenazas de pandillas en el 2015 fueron en Panchimalco, Mejicanos, Cuscatancingo, San Martín, Rosario de Mora y en el departamento de La Paz.

El efecto dominó se produciría de la siguiente forma: el Estado salvadoreño al no poder eliminar a las maras y pandillas estas controlan los territorios, extorsionan y hacen quebrar a micro y grandes empresarios, amedrentan a familias que luego huyen a EE. UU., engrosando el número de inmigrantes en ese país; detonante para que el presidente Trump recorte la ayuda económica a nuestro país. Sin esta ayuda, se perderá el fortalecimiento en muchas áreas en las que el gobierno de EE. UU. nos apoya. También disminuirá el turismo debido a la inseguridad afectando muchos empleos… nuestro país paulatinamente será secuestrado por criminales, donde lamentable y tristemente, seremos únicamente impávidos espectadores.

Analista Político y columnista

de El Diario de Hoy

@LuisSaxum