Por decreto pretenden generar empleos

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Por Ricardo Esmahan

05 June 2018

El recién pasado martes 29 de mayo se realizó la 107° Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra. La Comisión de Aplicación de Normas tomó la decisión de incluir el caso de El Salvador entre los países a ser examinados minuciosamente por incumplir convenios internacionales. El caso de El Salvador está relacionado con la falta de diálogo tripartito en el ámbito social y de consulta, lo que refleja sin duda alguna que el Gobierno de El Salvador, de manera reiterada, está incumpliendo sus compromisos en estos convenios internacionales.

Tan es así, que el Gobierno acaba de lanzar un pacto por el empleo sin consultar a los interlocutores sociales; en este caso, a las gremiales del sector privado que en la vida real generan empleo, pretendiendo que por decreto se van a generan cientos de empleos.

El Gobierno del FMLN continúa sin mostrar avances en la generación de confianza en su relación con el sector empresarial, con pocos espacios de diálogo y escasas políticas para incluir al sector empleador en la toma de decisiones, sobre todo en el tema de reactivación económica. La posición política del partido oficial es un factor clave generador del desgaste de la relación del Ejecutivo con el sector empresarial, situación que se materializa en el desmejorado desempeño de los espacios de diálogo y en una creciente brecha entre el discurso oficial y los resultados reales.

La ministra de Trabajo, por decreto, pretende generar al menos 25 mil nuevos empleos y cubrir la demanda laboral. Sin embargo, la cruda realidad demuestra que El Salvador no ha sido capaz de generar los 54,500 puestos de trabajo que cada año demanda una fuerza laboral joven, que sale al mercado de trabajo formal.

La falta de políticas productivas y la incertidumbre en el clima de inversión han provocado que el país se ubique en el último lugar en las tablas de crecimiento de la región centroamericana. Según estudios, de cada diez personas en edad de trabajar, cuatro son inactivos, es decir, que se quedan fuera de la fuerza laboral. Parte de las causas que provocan que más salvadoreños no ingresen a la fuerza laboral se relacionan con el bajo crecimiento y con el hecho que muchas personas se desalientan al no encontrar trabajo, y por tanto dejan de buscarlo.

Los representantes de los trabajadores han apoyado opciones que toman en cuenta las realidades de las empresas, especialmente de la pequeña y mediana, que son las que más empleo generan.

La productividad es la base de la remuneración de todo trabajador; sin embargo, para determinar el salario mínimo, la Constitución prevé para su establecimiento el considerar el costo de la vida, así como otros criterios, como la índole de la labor, los diferentes sistemas de remuneración y las distintas zonas de producción. Estos ajustes deben ser acompañados de medidas que mejoren la productividad y eficiencia del trabajador, con estímulos para que la producción se incremente y se mantengan los niveles de rentabilidad actual en las unidades productivas. Por ello, sectores como el agrícola y el textil proponen que al contratar mano de obra por hora se permita la flexibilidad para que el patrono y trabajador puedan pactar de mutuo acuerdo el monto del salario a pagar por hora de trabajo efectivo.

Se debe generar por el Gobierno información transparente, que facilite la toma de decisiones a los agentes económicos. El salario mínimo que existe actualmente en el país y su porcentaje debe de partir del consenso, principalmente de los dos sectores básicos: empleador y trabajador.

Esperamos que el Gobierno de El Salvador recapacite de esta actitud en contra del dialogo social y la consulta tripartita.

Columnista de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com