¡Adiós privacidad con la redes sociales!

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Por Ricardo Esmahan

08 May 2018

Una de las crisis del mundo moderno es que tú no tengas energía disponible y no poder cargar el celular; llegar a otro país o ir de paseo, olvidando el cargador del celular. Igual, una de las crisis que se producen hoy es que se arruine el cargador cuando más urge usar el celular. Un corre y corre a ver quién nos presta o a dónde venden accesorios, porque el celular se ha vuelto totalmente indispensable.

Pero lo curioso de las tecnologías innovadoras es que rara vez nos percatamos del salto tecnológico. Tienden a aproximarse sigilosamente. De vez en cuando algo revolucionario surge de la nada, como el iPhone 4 en 2007.

Lo otro que cambia lentamente en nosotros es la modificación de nuestras creencias y actitudes a resultas de la tecnología, lo que es tan gradual que no nos damos cuenta de que está sucediendo. Pero los cambios son reales y permanentes.

Hace apenas unas décadas era impensable compartir las imágenes personales e información que muchos de nosotros mostramos rutinariamente hoy en día a conocidos y extraños. Internet y las redes sociales han cambiado radicalmente nuestras actitudes sobre la privacidad.

La última idea es desplegar grandes cantidades de satélites pequeños y baratos. Recientemente se anunció un programa de Bellevue, llamada EarthNow, cuyo objetivo es entregar video satelital en tiempo real de casi cualquier parte del planeta.

EarthNow no es una idea de garaje de alguien. Entre sus inversores se encuentran el fundador de Microsoft, Bill Gates; la firma japonesa Softbank Group y el fabricante europeo de aviones, Airbus.

El sitio web de la compañía enumera algunas aplicaciones posibles como son: atrapar barcos pesqueros ilegales en el acto, mirar los huracanes y los tifones a medida que evolucionan, detectar los incendios forestales en el momento en que comienzan, mirar los volcanes en el instante en que hacen erupción, ayudar a los medios a contar historias de todo el mundo, rastrear ballenas grandes a medida que migran, evaluar la salud de los cultivos, observar las zonas de conflicto y responder de inmediato cuando surjan crisis, etc.

Estar disponibles las imágenes satelitales en tiempo real, en todo el planeta, significa que todos nosotros estaremos en cámara cada vez que salgamos de casa. Eso es un poco alarmante. Sí ya es posible localizar personas a través del GPS del celular, lo que se puede evitar abandonándolo; con la nueva tecnología satelital se nos verá a nosotros o nuestros automóviles donde sea que vayamos.

Este avance tecnológico tendrá sus beneficios indiscutibles. Por ejemplo, la policía podría resolver crímenes simplemente rebobinando video de una red de cámaras para rastrear a todo sospechoso en la escena del crimen. Sin embargo, un gobierno malicioso podría usarlo para silenciar a disidentes o periodistas.

Combinando estas nuevas tecnologías de espionaje, con las que ya enfrentamos, (caso sonado de Facebook), la privacidad será cada vez más aparente, cada vez más difícil de tener. Y esa tendencia a la mayoría de la gente no le importa. Intencionalmente o no, hemos decidido que los beneficios que obtenemos al compartir nuestras vidas personales en la red superan los costos, ya que nos gusta conectarnos con amigos y hacer nuevos.

A medida que pase el tiempo, nuestras vidas estarán cada vez más abiertas para todos, compartiremos más información personal y también esperaremos que otros hagan lo mismo.

¿Qué le hace eso a la economía? Por un lado, esta misma tendencia afecta a las empresas, al tener dificultades en proteger la propiedad intelectual. Algunas empresas desde hace años entregan voluntariamente sus valiosos secretos al gobierno chino, pero a cambio se tiene acceso a este gran mercado.

Columnista de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com