Una gran decepción

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Por Teresa Guevara de López

05 May 2018

Pues sí. Eso es lo que sentimos los salvadoreños en el estreno de la bancada legislativa de ARENA, porque al recibir el rotundo apoyo el 4M, las promesas de campaña y las recomendaciones de gremiales, fundaciones y esperanzados columnistas, se esperaba una actitud diferente, y amanecimos con más de lo mismo. Olvidaron promesas de austeridad, de transparencia, de trabajar por el bien del país y no de su partido, como si la visión deslumbrante de la silla curul y sus beneficios, los cegó para aprovecharse lo más que puedan de sus beneficios.

Oídos sordos al clamor general de que es un abuso mantener 11 miembros en una Junta Directiva, integrada por algunos legisladores cuyas credenciales académicas son dudosas y desconocidas, mientras sus sueldos y prebendas son una enorme carga económica, totalmente inútil, ya que 7 serían más que suficientes, representantes de los partidos mayoritarios. No es ningún logro, que se disminuyó en 3 de legislaciones anteriores.

Muy desafortunada la elección de Carlos Reyes como Jefe de Fracción, señalado por Probidad, por aumento desproporcionado de su patrimonio, que él justifica por la plusvalía de las 21 propiedades que tiene en el Departamento de Cabañas. Tampoco le acredita su manera de expresarse en temas importantes, en cuanto a forma y contenido. ¿Qué méritos encontraron los 17 que votaron por él, ignorando figuras con mucho más prestigio como Portillo Cuadra o Margarita Escobar? Por justicia, la bancada de ARENA estaría obligada a dar a quienes votamos por ellos, una explicación de las razones válidas que les llevaron a semejante desacierto.

Y continúa la intolerancia a la crítica demostrada por el diputado Gustavo Escalante, quien se ensaña en un artículo contra Paolo Lüers, por llamar “cuestionados” a políticos no muy transparentes, aunque el pueblo los haya favorecido con su voto. Del diputado Escalante, que inicia otro periodo en la Asamblea Legislativa, no se recuerdan intervenciones ni presentación de iniciativas de ley, siendo su mejor carta de presentación su parentesco con doña Mila. Ya es hora señores de aceptar las críticas a sus muchos errores, y tratar de enmendarlos.

Todavía se desconoce el protocolo con que se regirá esta Legislatura, pero por las muestra que nos han dado no podemos sentirnos optimistas de que las cosas cambiarán para mejorar. ¿Mantendrán el bono o indemnización al terminar el periodo, sin comprender que su contrato se terminó, porque sus empleadores, no satisfechos con su deficiente trabajo, decidieron cancelarlo con su voto? ¿Tendrán el valor de proponer una drástica disminución de los 84 diputados, y de exigir que al volver de sus viajes, hagan un informe de resultados y de los gastos realizados, con el dinero de nuestros impuestos?

La incapacidad del pueblo de un voto razonado se evidencia con la reelección del diputado López Cardoza, el más viajado, y con millonario aumento patrimonial; de Guillermo Gallegos, sin explicar el destino de los fondos asignados a una ONG propiedad de su esposa, que tranquilamente aseguró desconocer; de Francisco Merino, cuya aventura etílica terminó atropellando a una mujer policía. Y muchos de nuevo ingreso, cuyas escasas credenciales académicas no dan esperanzas de ser competentes en el delicado trabajo que les corresponde.

Señores diputados de ARENA, despierten a la realidad porque les queda escasamente un año para enderezar el rumbo, que iniciaron con el pie izquierdo, olvidando que están bajo la mira de la población, porque las elecciones presidenciales serán en febrero 2019 y si lo actuado en esta primera semana de mayo es un ejemplo de lo que harán en los 10 meses restantes, tengan la seguridad de que ustedes serán responsables de un tercer gobierno del FMLN o del populismo destructor de Nayib Bukele.

Columnista de

El Diario de Hoy