Un ejemplo que deberíamos aplicar

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Por María Alicia de López Andreu

04 May 2018

Actualmente, en los Estados Unidos solicitan a los católicos unirse a la Novena de Rosarios que realizarán del 15 de agosto (la Asunción de María) al 7 de octubre (Nuestra Señora del Rosario).

La Novena consiste en rezar el Rosario durante 27 días seguidos, en petición, y posteriormente, otros 27 días en gratitud, aunque aparentemente la gracia solicitada no se haya obtenido. “Aparentemente”, digo, porque las oraciones jamás se quedan sin respuesta; quizá ésta no sea la esperada, sino la más conveniente según el plan de Dios.

Mediante la intercesión de María se pedirá perdón y misericordia al Señor, dado que en ese país están sucediendo cosas horribles, precisamente por haberse olvidado de Dios. Como ejemplo, el promotor de esta iniciativa cuenta su terrible impresión al constatar que, mientras ocurría la matanza de 17 estudiantes en una escuela secundaria en Florida, los responsables de la seguridad —cuatro hombres armados y entrenados para la defensa— se agazaparon cobardemente tras sus vehículos, sin intentar siquiera el cumplimiento del deber. Señala el promotor que toda la sociedad, como esos guardias, se parapeta y, tranquilamente, acepta el mal.

Y comparte lo escrito por Jeffrey Kuhner, en el Washington Times:

“Por los pasados 50 años, cada institución importante ha sido capturada por la izquierda secular y radical. Los medios, Hollywood, la TV, universidades, escuelas públicas, el teatro, la artes, la literatura, promueven sin descanso los falsos dioses del hedonismo sexual y un individualismo radical. Los conservadores han cedido la cultura al enemigo. Decenas de millares de niños no nacidos han sido masacrados; la tasa de ilegitimidad, así como la de divorcios, se han incrementado exponencialmente; la pornografía es rampante, el uso de las drogas ha explotado, las enfermedades de transmisión sexual, como el sida, han matado a millones; el control natal es una forma de vida, el sexo fuera del matrimonio se ha convertido en una norma, incontables niños han sido permanentemente dañados —su inocencia perdida para siempre— por la proliferación de hogares destruidos; y la sodomía y la homosexualidad son abiertamente celebradas. Estados Unidos se ha convertido en una nueva Babilonia”.

Y ahora, claro, se están viviendo las gravísimas consecuencias de “haber cedido la cultura al enemigo”.

Expongo lo anterior porque es más fácil notar el error ajeno que el propio. Pero eso EXACTAMENTE está sucediendo en nuestro país. ¿Cómo hemos llegado a estos niveles de violencia, de corrupción, de falta de principios? ¿Cuándo dejamos de ser humanos y nos convertimos en bestias? Fue cuando nos volvimos “progresistas”, “modernos” y “tolerantes”, dejando de levantar nuestra voz contra lo inaceptable y permitiendo que dentro de nuestros hogares se perdieran no solamente las enseñanzas de la fe —que por generaciones nos habían preservado del mal— sino también la razón, el sentido común y las leyes de la naturaleza. Fue entonces cuando abrimos la puerta —y los brazos, la mente, el corazón— a todas las maldades que ahora nos martirizan.

¡Es hora de reaccionar y volver al buen camino! Defendamos el Bien (con mayúscula), enfrentémonos valientemente a la crítica, al señalamiento, a la calumnia, al ridículo, sabiendo que estamos haciendo lo correcto.

Estamos iniciando mayo, Mes de María. Promovamos el rezo del Rosario como primer paso para recuperar la paz y el bien en El Salvador. ¡Dios no abandonará al país que lleva Su Nombre!

Columnista de

El Diario de Hoy