La astucia de Daniel Ortega

descripción de la imagen

Por Carlos Alberto Montaner

01 May 2018

No he conocido personalmente a Daniel Ortega. A quien he tratado es a su hermano, el general Humberto Ortega, una persona más flexible y dialogante. Luego diré por qué.

Recuerdo como si fuera hoy a Violeta Chamorro, la noche de su toma de posesión en 1990. Había derrotado al sandinismo por un enorme porcentaje de votos ante la sorpresa de casi todos los poderes internacionales interesados en el asunto, incluida la CIA, que daban la causa por perdida.

Yo, en cambio, me guié por el juicio rotundo de D. Óscar Arias:

-Si algo sé de elecciones doña Violeta los arrasará en las urnas.

- ¿Cómo está tan seguro, Presidente –le pregunté.

- Porque he visto una discreta encuesta, muy bien hecha, de “Borge y asociados” y son muy serios –me respondió.

Ese dato, o esa información privilegiada, me permitió acertar en mi pronóstico periodístico. Pero la noche de marras, con la sencillez de una mujer de hogar absolutamente transparente, doña Violeta me comentó:

- Rezá por mí, que Pablo Antonio

El último libro de CAM es una revisión de

Las raíces torcidas de América Latina, publicada por Planeta.