Celebrando antes del gol

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Por Cristina López

30 April 2018

En un país como el nuestro, en donde la democracia se encuentra aún en pañales, no es un logro menor en el sistema de partidos el que se institucionalice y ejecute con éxito una primera instancia de elecciones internas para elegir al candidato presidencial. Por eso es que el casi cansino estribillo que venimos oyendo desde hace semanas, de que con independencia de quien ganara las elecciones internas de candidatos de ARENA el verdadero ganador sería el sistema democrático, tienen su mérito.

También tiene su mérito admitir que al fin, el partido parece haberle puesto fin al sistema de elecciones por dedazo, una victoria en la que se interpuso el pensamiento de los militantes más jóvenes sobre el de los venerables fundadores. Queda por ver si el buen ejemplo contagia al resto de los partidos, en especial a un FMLN que se ha demostrado incapaz no solo de gobernar, sino también de corregir lo que siempre criticaron mientras ejercían política de oposición. No solo no corrigieron la corrupción: se volvieron profesionales en su ejercicio.

Debo reconocer que durante los inicios de la campaña interna, específicamente cuando las encuestas indicaban que la competencia real era entre Javier Simán y Carlos Calleja, me parecía que ARENA tenía el mejor problema posible: un exceso de candidatos decentes en una época en la que parecería haber sequía. Era evidente, incluso para alguien que veía la elección interna con la distancia de una ciudadana en el extranjero, no partidaria y no militante, que ambos equipos de campaña contaban con suficiente buena fe para merecer el beneficio de la duda. Cerca de la recta final la buena fe empezó a ceder frente a los ataques personalistas horrendos que ambos bandos comenzaron a lanzarse, pero al perder la elección Javier Simán dio el paso más crucial que cualquier demócrata verdadero puede dar: reconocer la derrota, y felicitar al contrincante.

También hay rectitud y elegancia en saber ganar, y Calleja la demostró entarimado cuando llamó a la unión. Pero voces paralelas a los candidatos demostraron, después de la elección interna, que aprendieron poco del gran ejercicio de democracia que tildaron de histórico hasta el cansancio. Primero, porque parece que hay quienes piensan que la parte difícil ya quedó atrás. Segundo, porque hay otros que pensaban (como la diputada Karla Hernández) que tenían “servidas las presidenciales".

Ambas posturas son el equivalente a celebrar un gol antes de anotarlo. La verdad es que esta era la parte fácil. Los contrincantes a los que se enfrentará Calleja ahora no estarán amarrados a los mismos niveles de civilidad y decencia que tenía (por lo menos a nivel oficial) Javier Simán. Lo que viene ahora son fábricas de troles, desinformación plantada y viralizada para el ataque, y la manipulación de los electores más apáticos y descontentos, tanto con el Frente como con ARENA, dos partidos que consideran los han defraudado. Y esto no podrá enfrentarlo el equipo de Calleja sin el apoyo del equipo de Simán. Solo con unidad demostrarán si el poder era medio para echar andar políticas para un mejor país, o un fin en sí mismo.

Lic. en Derecho de ESEN

con maestría en Políticas Públicas

de Georgetown University.

Columnista de El Diario de Hoy.

@crislopezg