¿Podemos esperar una Asamblea Legislativa diferente?

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Por Teresa Guevara de López

28 April 2018

El cambio en la aritmética legislativa cuando el 4 de marzo el pueblo le dio a ARENA una mayoría de diputados, constituye un enorme reto para el partido tricolor. Grandes expectativas de que están dispuestos a hacer las cosas bien, a cambiar todo lo podrido que hay en ese órgano del Estado, para convencer a miles de votantes, especialmente los jóvenes, de que pueden confiar y votar por ARENA, así como a tantos desencantados del FMLN y sus falsas promesas.

Hoy solo parece preocuparles el famoso protocolo legislativo, la manera ideal para establecer las reglas por las que se deberán regir en los próximos tres años, y al que podrán echar la culpa de los abusos que cometan, bajo la excusa de que el protocolo fue firmado por todos los partidos, así como justifican que la corrupción disfrazada de gastos excesivos e innecesarios ya estaba en el presupuesto aprobado por todos.

La ciudadanía ha hablado bien claro de que está harta de ver cómo se han favorecido de su cargo para enriquecerse repentinamente, mediante decretos exprés con dedicatoria nepotista, no asistir a las comisiones bajo la excusa de trabajo territorial, cuando muchos ni conocen el departamento que representan, y los habitantes del mismo jamás les han visto la cara, fuera de época electoral. Dejadez y desidia al tener engavetadas por años leyes de gran importancia por falta del debido estudio y perder el tiempo nombrando hijos meritísimos, nobles ciudadanos, exenciones de impuestos para ONG familiares.

Si de verdad, señores diputados de ARENA, están dispuestos a ser una legislatura diferente, escuchen lo que a gritos pide el pueblo. Trabajar de verdad y con la austeridad que exige el momento difícil por el que atravesamos. Disminuir a 6 los 14 diputados en la Junta Directiva, los más calificados de los partidos políticos con mayor representación. Renunciar a viajes y viáticos, y no digo INNECESARIOS porque hasta la fecha, no ha habido un solo diputado que haya rendido un informe de qué hizo en su recorrido turístico, reuniones a las que asistió y que semejante gasto redundará en beneficio del bien común.

Y como punto de honor, rechazar los bonos abusivos, que deberían recibir únicamente los empleados, no los diputados, cuyas respuestas para justificarlo deberían cubrirlos de vergüenza. Uno de los profesionales más respetados de la bancada arenera se permitió usar un argumento, solo antes escuchado en bochincheros movimientos de calle: “Que lo conquistado, no se entrega”. Cuando el bono se lo recetaron ellos mismos.

Un personaje que ha sido señalado en actos de corrupción y está siendo sujeto de investigación no debería ostentar un cargo en la Directiva: debería renunciar, hasta que se aclare su situación, aunque merezca el poco honroso título de haber sido el más viajado y el más votados en las elecciones.

Pareciera que hoy lo más importante es quién ocupará la presidencia, lo que siempre fue privilegio de la fracción mayoritaria, hasta que el FMLN/GANA, en un oscuro contubernio, decidieron compartirla, llegando hoy a hablar de uno por año. ¿Habrá alguien que tenga el valor de presentar la moción de disminuir el número de 84 diputados por lo menos a la mitad? Eso sería verdadero patriotismo y claro ejemplo de que ARENA está decidida a demostrar que serán una Asamblea diferente, como el pueblo lo exige. La decisión, señores tricolores, está en su cancha. Si no lo hacen bien, se están jugando la elección presidencial.

Columnista de

El Diario de Hoy