¿Despenalizamos el robo, los secuestros, los asesinatos?

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Por Elizabeth Castro

06 April 2018

Aunque el homicidio es penalizado aquí, siempre habrá asesinatos. ¿Les parecería lógico proponer la despenalización de la “interrupción de la respiración” de personas en algunos en casos especiales como solución para erradicar estas muertes? Por ejemplo poder matar legalmente 1. a personas con edades o enfermedades “no compatibles con la vida” o con riesgo a tenerlas; 2. a personas cuyos padres han sido violadores, criminales o cuyas madres han sido víctimas de violación o trata; 3. a personas que podrían poner en peligro la vida de otros, tales como conductores temerarios, médicos o enfermeras que causan daños a pacientes por errores humanos, etc. Los mismos argumentos se podrían usar con el robo, los secuestros y otros delitos que a pesar de ser penados siempre se van a seguir cometiendo.

¿Les parecen propuestas absurdas? Esto es lo que propone la industria del aborto para lograr establecer su inhumano negocio alrededor del mundo. Sus estrategias son tergiversar el lenguaje, mentir, manipular, usar a las personas, comprar voluntades, corromper y matar a los más indefensos. Tienen mucho dinero y años de experiencia creando tácticas nuevas, falsas estadísticas, contratando y entrenando promotores muy bien pagados para que vengan a nuestros países a presionar a nuestros legisladores para que legalicen el negocio lucrativo del aborto, irrespetando a nuestra soberanía.

Invierten millones en crear organizaciones con nombres bonitos para humanizar una barbarie contra la persona más vulnerable, tales como “derechos humanos”, “derechos reproductivos”, “derecho a decidir”, etc. La realidad es que no existe el derecho a matar, solo el derecho a la vida.

Odian que se sepa la verdad sobre la sangrienta crueldad con la que matan a los bebés por nacer. Niegan que la ciencia ha demostrado que son personas humanas únicas e irrepetibles con derechos iguales a cualquiera de nosotros. Utilizan a las mujeres que tienen embarazos en dificultades haciéndoles creer que quieren ayudarles cuando la verdad es que no importa si les perforan el útero, los intestinos, la vejiga, si quedan estériles, si quedan con traumas irreparables o si mueren. Tratan de callar a muchas mujeres que han salido del silencio después de un aborto para denunciar todos los daños que sufrieron.

Se hacen pasar por nobles, bondadosos y hasta quieren hacer creer que el aborto es un acto caritativo. La frases claves que los desenmascaran cuando hablan de “despenalizar” el crimen del aborto son: “por lo menos en los siguientes casos” o “es un derecho de la mujer”, con lo que aceptan estar detrás de la legalización del aborto por demanda, por cualquier circunstancia. Abortar es matar. Las mujeres y sus hijos merecen lo mejor. Suficiente violencia y muerte tenemos en el país.

Mientras en los países que tienen legalizado el aborto se están cerrando centros de abortos, gracias a que muchas mujeres están realizando cómo este negocio sanguinario las explota y engaña, los aborteros buscan dónde poder abrir nuevas sucursales de la muerte.

Mañana hay una marcha provida organizada por pastores evangélicos que piden que nos unamos a defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Sería bueno que las familias salvadoreñas seamos la voz de esos pequeñitos indefensos.

Un país que no tiene una política de apoyo a la mujer y al bebé ha fracasado. Nuestro país debe demostrar que ayuda a las mujeres con embarazos en dificultades brindándoles toda la atención que ambos necesitan, pero nunca aceptaremos la violencia y la muerte como solución.

Columnista de El Diario de Hoy.

Master en Desarrollo Humano

Master en Asesoramiento Familiar