Rotando las mismas llantas

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Por Elizabeth Castro

26 March 2018

Parte de las prácticas responsables que cualquiera que administra o es propietario de un vehículo automotor es la de rotar las llantas. Habrá más razones que individuos más entendidos en la industria automotriz tendrán la capacidad de explicar con mayor destreza que yo, pero la lógica es bastante simple: las llantas de adelante se desgastan desproporcionadamente en comparación a las de atrás, principalmente porque tienen más exposición a la fricción a la hora de frenar. Por eso se recomienda como parte del mantenimiento regular hacer una rotación y pasar las llantas de atrás hacia adelante y viceversa. Es obvio entender por qué la rotación solo se hace una vez: la segunda vez simplemente llevará al frente llantas viejas y desgastadas, consistiendo más que una medida responsable, una pérdida de tiempo. Cuando se ha llegado al punto de que tanto las llantas de atrás como las de adelante han servido su vida útil, lo lógico es cambiarlas del todo y traer ruedas nuevas, listas para llevar a cabo trayectos seguros.

El gabinete de gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén es un vehículo cuyas llantas han pasado un número de rotaciones inútiles, reciclando en puestos importantísimos llantas viejas, no para garantizar que nos va a llevar de manera segura a nuestro destino sino por puro espectáculo, haciendo ruido y pantomima para distraer de lo obvio: el hecho de que para el gobierno del Frente la burocracia gubernamental se ha convertido en una feria de empleos para premiar lealtades partidarias, y que bajo esa premisa no caben consideraciones de idoneidad o calificaciones profesionales para el servicio público. Por lo menos es esta la impresión que me ha generado la última rotación inútil de llantas del gabinete: el equivalente a un “juego de las sillas” burocrático que merecería burla si las consecuencias no fueran tan serias.

Las comunicaciones gubernamentales pretendían hacernos creer que los cambios de gabinete se debían a la reflexión surgida de la cachimbeada electoral. Según el discurso que leyó el presidente y que habrá redactado algún comunicador optimista (optimista, porque qué mejor palabra para describir a quien escribe y aún piensa que la ciudadanía se tragará una palabra de lo que dice el presidente en vista del pésimo desempeño de su administración), los cambios nos harán sentir más seguros. Es necesario notar que ninguno de los cambios tocó los rubros de seguridad y justicia, y que la rotación inútil de llantas ha dejado ahora, al frente del Ministerio de Economía, a una persona cuya preparación profesional la hace más apta para diagnosticar y curar un resfriado que para diagnosticar y curar una recesión económica o decidir la política pública adecuada para acelerar el crecimiento que tanto beneficiaría a nuestro país.

Lo verdaderamente incomprensible en esta última rotación inútil de llantas es el hecho de que al Ministro de Hacienda, el mismísimo al que el presidente juzgó necesario mover de su puesto supuestamente en respuesta al fuerte mensaje enviado por la ciudadanía, se le estará colocando en un puesto diplomático en el extranjero, el equivalente a una beca financiada por el contribuyente, en recompensa por un servicio público del que hubo que removerlo en respuesta a los resultados electorales. Que no nos engañen: no es la ciudadanía la que tiene en mente el Frente con sus anuncios de cambios de gabinete, con las elecciones del 2019 a la vuelta de la esquina, lo que están preparando es su plan de retiro.

Lic. en Derecho de ESEN, con maestría

en Políticas Públicas de Georgetown University.

Columnista de El Diario de Hoy.

@crislopezg