Conservar el arte de la buena comunicación con los hijos

descripción de la imagen

Por Elizabeth Castro

24 March 2018

Poco a poco se ha venido deteriorando la buena comunicación en la familia y, de estar todos juntos a la mesa, conversando, ahora cada quien está en su mundo. Los avances tecnológicos, las redes sociales y la apatía por comunicarse adecuadamente contribuyen a este deterioro. Todo comienza en casa. Por un lado, se puede mencionar la carente o escasa comunicación entre padres e hijos y, por otra, la inadecuada forma de hacerlo.

Es importante considerar ambas situaciones, sobre todo en el trato con los hijos, pues de allí depende conocer qué piensan, qué les interesa, qué tipo de amistades les rodean, entre otras cosas, información valiosa que permite protegerlos, guiarlos y aconsejarlos.

La tecnología no puede sustituir el trato directo entre padres e hijos. ¡La buena comunicación y el diálogo directo nunca deben pasar de moda, sobre todo en la familia y con los hijos!

Muy frecuentemente por las calles, en cualquier centro comercial, aun en los colegios, se escucha a los padres conversar con sus hijos y es agradable al oído. Un cariñoso tono de voz, palabras cargadas de emociones y una reciprocidad activa son edificantes.

En contraposición, que decepcionante resulta escuchar a padres “conversar” secamente con sus hijos, a medias, entre sílabas, con gestos hasta de desagrado o irritabilidad y en muchas ocasiones con palabras soeces.

¡Qué tristeza ver en una mesa familiar a cada miembro del grupo con sus ojos fijos en el teléfono, cada quien en su mundo!

Excusas de los padres para no dar tiempo a sus hijos sobran: el trabajo, cansancio, otras “prioridades”. La consecuencia directa es que “pierden” a sus hijos, quienes decepcionados “migran” espiritualmente del seno familiar. Pueden estar presentes físicamente, pero su mente y su corazón están ausentes y allí es donde buscan a terceros para desahogar emociones.

Padres de familia, ¡hay que despertar! No alejen a sus hijos, mejoren los hábitos de comunicación con ellos, valoren lo que desean expresarles, así represente una nimiedad para ustedes, para ellos es muy importante. Eso los hará sentir valiosos frente a ustedes. Eviten el lenguaje soez, duro, humillante. Más bien, enriquezcan la autoestima de los niños y jóvenes, respeten sus opiniones y razonen, razonen mucho con ellos. Aprendan a reflexionar con ellos, a ganarse su confianza, para que mañana, por encima de cualquier amigo, sean ustedes a los que recurran frente a un problema que se les presente.

Para una adecuada comunicación, ustedes, padres, deben ser excelentes emisores y receptores de mensajes y responsables de que el mismo se transmita con claridad; para ello debe a su vez haber una combinación de su lenguaje verbal y gestual al dirigirse a sus hijos, ya que el lenguaje que utilizamos con los gestos, influye en la percepción de ellos, por lo que debe ir relacionado con lo que se transmite a través de las palabras. Busquen esos espacios de comunicación, que, aunque puedan ser breves, son muy importantes, recuerden que los padres son el modelo de sus hijos.

Hoy en día, los jóvenes necesitan de mucha orientación, ¡aunque ellos se crean que lo saben todo!, los padres son parte importante en el desarrollo de su personalidad.

Recuerden que la buena educación, los valores, principios y costumbres comienzan en casa. Si sabe educar a sus hijos, serán personas respetables, profesionales éticos; de lo contrario, uno más, entre todos los que abundan, en un buzón probablemente de no oportunidades. Padres, no se vuelvan solo proveedores de cosas materiales, deben ser artífices de una buena relación y, sobre todo, sean los mejores amigos de sus hijos.

Licenciada en Psicología y

Máster en Diseños y aplicaciones

en Psicología y Salud.

Colaboradora de El Diario de Hoy.