FMLN: a consejos incómodos, oídos sordos. Y desviar culpas

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Por Elizabeth Castro

18 March 2018

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional sufrió la peor caída de su historia. El 4 de marzo de 2018 pasará a su archivo como el día en que sus propios votantes le dieron la espalda y en el cual se redujo estrepitosamente su representación en la Asamblea Legislativa y concejos. El desgaste es algo natural en cualquier organización y la reinvención una necesidad, pero para esto es necesario escuchar. El FMLN parece que tiene los oídos sordos.

Dos semanas después de las elecciones, el FMLN sigue a culpando a cualquiera por la reciente pérdida en las elecciones; culpa a la Sala de lo Constitucional, a los medios de comunicación, a la oligarquía, a los que opinamos, a todos. Pero a sus principales voceros no les pasa por la cabeza que los responsables de que la gente no confíe y no vote por su partido son ellos mismos. También culpan al médico que prescribe medicamentos porque “dan esa receta (con medicina que no hay) solo para dañar al gobierno”; culpan a los empleados públicos “por sabotear el trabajo en las instituciones”. Absurdo.

La única culpa que asumen es la incapacidad de transmitir bien el mensaje sobre lo que han hecho. Aquí surge un cuestionamiento: ¿Se puede reconstruir o renovar un partido a partir de un mensaje vacío? La percepción de buena parte de la población es que el gobierno no ha mejorado la situación del país. La encuesta publicada en enero de este año por la UCA reflejó un descontento generalizado con el gobierno del profesor Sánchez Cerén; obtuvo una nota de 4.57, la más baja de toda su gestión. Para un 67.1 % de la población hay un mal gobierno; por otra parte, un 48.7 % manifestó que El Salvador está peor, para el 43.7 % está igual y solo para el 7.6 % de la población la situación había mejorado en el último año.

De poco servirá una buena estrategia de comunicación si no existe trabajo y acciones concretas por parte del bloque del FMLN en la Asamblea y del Órgano Ejecutivo para mejorar la situación de los salvadoreños. El partido de izquierda está subestimando la inteligencia de sus votantes; piensan que las personas se creen a ciegas el dicho de la cúpula. Las pasadas elecciones son muestra de que la gente ya no se deja llevar tan fácilmente, pues a pesar de que funcionarios del FMLN insistieron en que vamos por rumbo, la ciudadanía no votó por la continuidad que solicitaban. Un mensaje vacío no los mantendrá vivos en la política.

O peor aún, hay funcionarios del FMLN que quedan en ridículo cuando presumen logros o situaciones que no existen; dicen que no hay lugares del territorio nacional donde no se pueda entrar o que la gente ahora se siente más segura, pero acto seguido seguimos contando muertos, desaparecidos y hay miedo de andar en las calles. Tal parece que algunos dirigentes del FMLN viven en una burbuja distinta a la realidad de la mayor parte de salvadoreños; tienen que entender que las personas hoy tienen mayor acceso a información y a contrastar el mensaje que dan con la realidad que viven. Un mensaje falso tampoco ayuda a recomponer el partido.

El FMLN tiene que dejar de desviar las culpas y asumir la responsabilidad de su mala gestión; también hacerse cargo de la incoherencia entre todo lo que prometió y lo poco que ha hecho. Debe entender que la lectura divergente al dicho de su cúpula no proviene de sectores que pretenden desestabilizarlos; entre las voces críticas están los desilusionados de izquierda, así como muchos ciudadanos conscientes de la necesidad de un equilibrio de poderes y que el genuino pensamiento de izquierda no mercantilista se encuentre representado.

La izquierda salvadoreña se tiene que renovar; esto pasa por limpiar la casa y dar espacios a un liderazgo que genere confianza. No se hagan de los oídos sordos.

Columnista de

El Diario de Hoy