Una interpretación de los resultados electorales

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Por Elizabeth Castro

15 March 2018

Los resultados preliminares del 4 de marzo nos muestran dos partidos mayoritarios que redujeron su fuerza electoral.

Con excepción de La Paz, La Unión y Sonsonate, en los que aumentó su respaldo, ARENA disminuyó la cantidad de votos en el resto de departamentos del país.

En San Salvador, por ejemplo, la caída fue de 41,504 sufragios.

En total el principal partido de oposición perdió 62,176 votos en relación con la pasada elección legislativa. La baja participación electoral —cayó del 48.23 % al 41.91 %, es decir 195,201 electores menos que en 2015— y el abrupto decrecimiento del FMLN le permitió al tricolor, no obstante la mengua de votos, obtener dos escaños adicionales a los 35 diputados con los que cuenta en la actualidad.

Este desenlace le otorga ventajas importantes al partido de derecha y, en general, al bloque de partidos representados por el PCN, GANA y el PDC en cuanto a las mayorías legislativas. En principio no necesitan del partido oficial para alcanzar los 56 votos —cifra indispensable para la elección de segundo grado de funcionarios— ni para la aprobación de leyes con la mayoría simple (43 votos). Dicho lo anterior, prescindir del FMLN y adoptar dictámenes equivocados, eligiendo funcionarios que no cumplan con el perfil establecido en la Constitución y en las sentencias de la Sala de lo Constitucional, los responsabilizaría del retroceso en materia de independencia de las instituciones.

Según los datos preliminares el FMLN pasó de 31 a 23 diputados. La rebaja de aproximadamente 372 mil votos a nivel nacional le quitó la “llave” de la mayoría calificada. El descenso de votos fue más pronunciado en San Salvador, La Libertad, Santa Ana, Sonsonate y Ahuachapán. La cúpula no termina de asumir la responsabilidad y la atribuye a factores externos, acusando a la Sala de lo Constitucional, a los medios de comunicación y a la mala estrategia para informar sobre el “éxito” de sus programas. En realidad es una catástrofe política que rebasó todo pronóstico. Esto no significa, ni por asomo, que se convierte en un partido irrelevante. El Frente representa la segunda fuerza política en la Asamblea Legislativa; también sigue siendo opción para un tercer período en el Ejecutivo, aunque con poco tiempo para enfrentar cambios estructurales que le permitirían alcanzar ese objetivo. En apenas 11 meses tendría que renovar la comisión política, elegir por voto secreto una fórmula que encarne los principios de una izquierda democrática y alejarse de propuestas como la “desdolarización” y la nacionalización de las pensiones.

El retorno del CD a la Asamblea y el incremento de uno a tres legisladores en el caso del PDC, lo mismo que los resultados obtenidos por GANA y el PCN, son la consecuencia del sistema electoral establecido en la Constitución. La finalidad de un sistema proporcional es alcanzar la mayor representatividad posible sin importar que se fragmente la Asamblea y se complique la “gobernabilidad”. Este efecto se acentuó porque los cocientes y residuos fueron impactados significativamente por la merma en el caudal de votos conseguido por el FMLN. Como en ocasiones anteriores, los partidos minoritarios serán el “fiel de la balanza” porque su apoyo es estratégico para alcanzar las mayorías señaladas. La diferencia ahora es que la contraloría ciudadana vigilará sus decisiones con estricto rigor.

Por otra parte, Leonardo Bonilla resultó electo porque junto a sus compañeros no partidarios, con quienes integraron planilla por sentencia de la Sala, alcanzaron un residuo cercano a los 13,000 votos y él ganó más marcas que sus “colegas”. Leonardo puede pasar inadvertido en los próximos tres años o, por el contrario, si adopta posturas responsables, le impregnará valor a este tipo de candidaturas.

Finalmente los votos “cruzados” y los nulos”. Respecto de 2015 los primeros subieron apenas un punto, de 7 % a 8 %. Es muy probable que la fidelidad a los partidos o la falta de comprensión sobre los efectos de las listas abiertas disuadan a los votantes de utilizar esta forma de votar. Los segundos se multiplicaron de 48,822 a 178,539, un crecimiento considerable. Para entender este cambio es necesario conocer las causas de la nulidad y tener en cuenta que varios miles posiblemente representen votos de castigo a la clase política.

Columnista de

El Diario de Hoy