Votar es defender a la Patria

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Por Elizabeth Castro

03 March 2018

Salvadoreños, hay que salir masivamente a votar para defender la institucionalidad democrática y un Estado de Derecho, tan amenazados. Y no son predicciones apocalípticas brotadas de una mente calenturienta. Basta con mirarnos en la realidad de países vecinos que han perdido sus libertades.

En Venezuela, Chávez prometió que estaría 5 años en el poder, y aunque lo derrotó el cáncer, supo heredar a Maduro, que ha terminado por destrozar el país.

En Ecuador, Correa reformó la Constitución para retener la presidencia, amordazando a la prensa que criticaba sus arbitrariedades. En Bolivia, Evo cambió la Constitución para mantenerse en el poder, y aunque en un referéndum el pueblo dijo NO, él seguirá de manera vitalicia. En Nicaragua, Ortega ha controlado todos los poderes del estado para perpetuarse. Y en Honduras, se reformó la Constitución para lograr la reelección. Ejemplos claros de que los mandatos constitucionales no significan nada para aquellos cuya ambición personal dirige sus actos.

Es cierto que las actuaciones, falsas promesas y hasta ilegalidades de muchos políticos tienen harta a la población, que considera que la situación no tiene remedio y lo mejor es castigarlos no votando. Pero en estas elecciones la abstención sería delito de lesa Patria, cuya Carta Magna sido valientemente defendida por los magistrados de la Sala de lo Constitucional, cuyos sucesores serán elegidos por la nueva Legislatura.

Hay que analizar los nombres, hojas de vida y propuestas de los nuevos candidatos y la actuación de quienes buscan re elegirse. Su asistencia a las plenarias, sus propuestas, participación en votaciones, para marcar aquellos rostros que merezcan continuar porque no han sido señalados en actos de corrupción. No votar por quienes han sido señalados en actos de corrupción sería un voto de castigo para los que cínicamente pretendan seguir disfrutando de los muchos beneficios inherentes al cargo.

Pero la defensa de la Patria no termina marcando una papeleta y con el dedo manchado. Es dar seguimiento a la labor que como nuestros representantes van a desempeñar, y exigirles trabajar con la austeridad que demanda un país destrozado por pésimos gobiernos. Es lamentable que la lectura del proyecto de reforma al Reglamento de la Asamblea, presentado por los diputados Valiente y Wright, fuera recibida con desprecio por el pleno. Muchos abandonaron el Salón Azul, otros se enfrascaron en llamadas por el celular, y los más prefirieron platicar para demostrar su desacuerdo.

Y es que la reforma quita muchos de los privilegios que disfrutan, como lujosos vehículos, celulares, asesores, seguros médicos privados, prohibición de auto aumentos de sueldo, viajes inútiles de los cuales no dan cuenta del objeto del mismo y de los resultados en beneficio de la población. Sería aconsejable una reducción en el número de integrantes de la Junta Directiva y que se propusieran reformas constitucionales para rebajar el número de 84 diputados y el injusto sistema de residuos y cocientes.

Y al votar por alcaldes, no olvidemos sus promesas de campaña para estar vigilantes sobre su desempeño, el orden de las finanzas, rendición de cuentas y preocupación en temas tan medulares como la basura, la seguridad y el ornato de las ciudades. Así a quienes han cumplido podemos considerarlos para un período más al frente de la comuna.

Pero al terminar la votación es cuando debemos convertirnos en fiscalizadores de la labor del TSE, cuyas actuaciones han inspirado tan poca confianza durante el desarrollo de la campaña. Fallas de energía, caída del sistema, problemas en el traslado de actas y retraso en transmisión de resultados deben ser una señal de alerta. Votar hoy es un compromiso con la Patria: No hacerlo es traición.

Columnista de

El Diario de Hoy