Los debates políticos

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Por Inés Quinteros

01 March 2018

A pocos días de las elecciones legislativas y de alcaldes, el movimiento ciudadano Libertad, al cual pertenezco, realizó una serie de debates con candidatos a diputados y alcaldes que competirán en los comicios del 4 de marzo. Tuvimos la participación de todos los partidos en contienda electoral, pero en algunas ocasiones no asistieron candidatos del FMLN, que se excusaron de que tenían otras actividades.

Los debates fortalecen la democracia y promueven el involucramiento ciudadano de manera pasiva a través de la televisión, radio y redes sociales; pero de forma activa y decisiva en las elecciones. Todo aquel candidato que no se presenta a un debate es el que pierde y, como bien lo dijo en el último evento realizado en San Miguel con los candidatos a alcaldes por esa ciudad el moderador Sergio Méndez: “Los candidatos que andan en campaña nos están pidiendo trabajo”. No perdamos de perspectiva estas palabras, todos los candidatos se deben al pueblo salvadoreño quienes los elegimos asistiendo a las urnas ejerciendo el voto.

Todos los que podemos ejercer el sufragio libremente tenemos la facultad de elegir a quienes nos gobernarán por un periodo determinado. Y a los que no llenaron nuestras expectativas podemos y debemos descartarlos, votando por candidatos que hayan realizado interesantes propuestas en los debates que pudimos observar y cuestionar.

El Movimiento Libertad ha sentado un precedente que años anteriores era difícil observar: crear una cultura del debate en la que todos los salvadoreños siempre debemos exigir; corroborar la capacidad intelectual y académica de cada uno de los aspirantes. Ya no podemos permitir frases como “nosotros votamos por bandera” como se les escucha a algunos arcaicos personajes. Constitucionalmente los partidos políticos son los vehículos para optar a cargos de elección popular, pero el voto por rostro nos permite un sufragio más directo, en el que castigamos o premiamos a funcionarios que tuvieron su oportunidad de gobernar y no la aprovecharon en absoluto.

Los debates no son para generar propuestas, sin perder de vista que una buena gestión habla más que un debate, simplemente en países desarrollados como Estados Unidos, la tradición los ha hecho obligatorios, ya que es la oportunidad para que el pueblo vea sus líderes bajo presión y de manera frontal. Cuando en los debates se impone la capacidad intelectual y las propuestas de los candidatos, el materialismo derrochado en las campañas políticas tiene poco efecto.

Los debates pueden cambiar el sistema de las regalías de objetos cotidianos de limpieza y de canastas que tranquilizan el hambre de hoy pero mañana vuelves a tener hambre y ya el candidato se ha ido. Es preferible intercambiarle al candidato las canastas de alimentos por propuestas concretas de empleo y desarrollo que sean explicadas en el debate y cumplidas una vez se alcanza el puesto que buscaba.

Nuestra democracia denota vestigios de ir progresando, movimientos ciudadanos no partidarios que gracias a la democracia en que vivimos han nacido buscando un mejor país; una nación que resguarde siempre las libertades constitucionales y que no sean atropelladas nunca por ideologías políticas dictatoriales o por autócratas populistas que solamente buscan la concentración absoluta de poder y de esta manera ser ajenos a cualquier control de la población.

Salvadoreños, no nos dejemos incidir negativamente por propagandas absurdas del voto nulo. Acudamos a las urnas este domingo 4 de marzo y marquemos el rostro de aquellos candidatos que mostraron un compromiso real con el país y mostraron criterio propio sobre temas de gran envergadura y que agobian nuestro país. Que no nos engañen que todos los políticos son corruptos, no todos buscan mentar la madre, hay muchos que destacan por su capacidad, rectitud e idoneidad… si anulamos el voto, automáticamente nos anulamos y descalificamos como ciudadanos.

Columnista de El Diario de Hoy.

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