La positivez

La positivez genera la creencia de que las cosas han de salir bien, aunque —me temo— no se haya hecho mucho porque eso suceda.

descripción de la imagen

Por Elizabeth Castro

27 January 2018

Dos tipos de pruebas son las más usadas, hasta ahora, en la práctica clínica de la psicología: las de inteligencia (sí, el famoso CI que tanto han vituperado sigue campante) y las de personalidad (Juan es así, María es asá). Son dos constructos psicológicos (inteligencia y personalidad) que han probado, a través de los años, ser eficientes para predecir cómo las personas reaccionarán ante diferentes circunstancias de la vida. Los psicólogos las empleamos cuando son necesarias para confirmar un diagnóstico o para hacer más eficaz nuestra intervención con alguna persona. He realizado mi propia investigación entre las pruebas de personalidad más usadas, para ver si alguna evaluaba el rasgo de la “positivez” pero creo que solo los salvadoreños conocemos la palabra.

La positivez no llega a ser optimismo, un constructo que, ahora sí, tenemos bastante bien estudiado en psicología positiva, pero algo tiene que ver con eso. La positivez genera la creencia de que las cosas han de salir bien, aunque —me temo— no se haya hecho mucho porque eso suceda. En este sentido, por ejemplo, se podría decir que el Tribunal Supremo Electoral rebosa de positivez. También tiene que ver con el humor, con el buen humor, con la risa, con la sinceridad, que sabemos que tiñe de un tinte alegre las cosas que hacemos. Pero para positivez habrá que esperar a que el Mágico González, dueño y señor del término, se tome un tiempo para explicar al mundo en qué consiste eso.

Los salvadoreños pasamos una buena parte de nuestro día en trabazones. Y aunque la radio no las evita, las hace más llevaderas. “Está comprobado que no se puede vivir sin radio” cobra mayor significado durante esas trabazones. La radio, los locutores y DJ, nos “conectan” con el resto de sufridos conductores atrapados en ellas. Algunos programas tienen la virtud de generar estados de ánimo entre sus oyentes. De entre los programas radiales comento acá un par de ellos que, me parece, transmiten positivez.

Prudencio Duque y Aída Farrar no necesitan presentación. “Pencho y Aída” es el único programa que se ha hecho acreedor, en Centroamérica, al reconocimiento “Lovemark” de la revista EyN. Como ellos confiesan, su secreto para colocar la marca en el corazón de sus oyentes es escuchar en lugar de hablar. Sirven como modelo para otras parejas y tríos en radio que quieren igualarlos. “Pencho y Aída” son mejores que “El Gordo y la Flaca” para alegrar las mañanas de los salvadoreños. A ellos les cabrá siempre el honor de haber prohijado el primer segmento hecho enteramente por sus radioescuchas: “Martes de plancha”, que aunque ya pasó su apogeo, ha sido de lo mejor que ha tenido la radio nacional. El fichaje que hicieron del Chomito (supongo que líder del Chomito’s team) fue la guinda en el pastel para el programa. El Chomito es la más simpática enciclopedia musical del dial. Pura positivez matutina.

“Las diez en punto”, otro programa matutino, tiene en Guillermo Maldonado, su pivote. Hijo de tigre, Guillermo salió pintado: voz privilegiada, vasto conocimiento musical, refinado sentido del humor, pasión por la producción. Educado y decente, se mueve como pez en el agua ante los micrófonos. Se hace acompañar de otras profesionales y simpáticas voces que ciertamente alegran los sábados al final de la mañana. Por razones de trabajo, los escucho con menor frecuencia. Peor igual, su conexión con los radioescuchas, genera positivez.

Al Dr. Ricardo Rivas, el famoso “Chiri”, alguna paternidad le cabe en ambos programas. Ambos lo han reconocido al aire, así que no es ninguna confidencia. Sea éste un reconocimiento de felicitación a todos los nombrados, que aunque no son los únicos que radialmente difunden positivez, son, en mi criterio, quienes sobresalen. Nos queda únicamente esperar a que el Mágico elabore mejor su término, para saber exactamente de qué estamos hablando. Porque es necesario, sobre todo en estos tiempos preelectorales, llenarnos de positivez.

*Psicólogo y columnista

de El Diario de Hoy.