El vaso medio lleno o medio vacío: dos visiones, una realidad

El gobierno del FMLN no sabe qué hacer y cómo ayudar a los miles de salvadoreños que ahora han perdido el TPS; el programa perderá vigencia en 18 meses, tiempo para que cada salvadoreño busque una salida individual.

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Por Mirna Navarrete

13 January 2018

El pasado 8 de enero, la Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen M. Nielsen, dio a conocer la decisión de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS) a El Salvador, con una fecha de efectividad aplazada por 18 meses para permitir una transición ordenada.

El hecho es uno y contundente: el TPS para unos 200 mil salvadoreños ha finalizado; eso sí, la fecha efectiva para finalizar la medida es el 9 de septiembre de 2019. Mientras se llega a esa fecha, la administración de Donald Trump prorrogará el TPS con el objetivo que haya “una transición ordenada”, ya sea que los salvadoreños puedan acogerse a otro estatus migratorio o que retornen a El Salvador.

Sin embargo, la decisión de Estados Unidos fue interpretada por el gobierno de Salvador Sánchez Cerén y de su canciller Hugo Martínez como un “logro del gobierno”, ya que se dio una prórroga del beneficio a casi 200 mil salvadoreños acogidos al TPS; textualmente, el comunicado del gobierno dice lo siguiente: “la administración del presidente Salvador Sánchez Cerén considera que esta decisión constituye un reconocimiento al aporte de nuestros compatriotas que cuentan con dicho beneficio migratorio, al ser en ese país una importante fuerza laboral y realizar relevantes contribuciones en otros ámbitos como el económico, el cultural y el social… el Gobierno salvadoreño manifiesta su agradecimiento al Gobierno de los Estados Unidos por este anuncio, el cual reafirma los fuertes lazos de amistad y de cooperación que mantienen como socio histórico”.

Y en un tuit oficial del presidente Sánchez Cerén la cuestión es todavía más clara, textualmente dice: “esta prórroga del TPS es el resultado de numerosas acciones llevadas a cabo por diversos sectores, que junto a la Cancillería de El Salvador desarrollaron una intensa y permanente gestión a favor de nuestros connacionales”.

Incluso este mensaje fue repetido una y otra vez por spots televisivos pagados con fondos del Gobierno en diversos medios de comunicación radial y televisivos.

¿Mintió el gobierno salvadoreño? No, definitivamente no…pero tampoco fue claro y contundente no solo con el país sino con los salvadoreños afectados, residentes en Estados Unidos que les ha hecho ver que las cosas continúan como si no se ha dado por finalizado el TPS.

Tal como lo decía un político, la posición del Gobierno salvadoreño es parecida a aquel que felicita a un compañero porque su relación laboral con una empresa finaliza a final de mes, obviando que ha perdido el trabajo.

Un vaso de agua a la mitad... ¿está medio lleno o medio vacío? Este es el dilema. Decir uno u otro resume de alguna manera lo ocurrido, no dijo mentiras pero tampoco dijo toda la verdad… se actuó viendo lo positivo, el vaso medio lleno, dejando de lado la visión negativa, el vaso medio vacío. ¿Será así?

No, me atrevo a especular que hubo una decisión política y de comunicación para aminorar el golpe que causaría la suspensión del TPS no solo para los casi 200 mil salvadoreños acogidos a la medida temporal, sino al gobierno actual del FMLN, que no ha tenido otra opción que acatar la suspensión.

Una pregunta: ¿es responsabilidad del gobierno efemelenista que Estados Unidos decidiera finalizar el TPS?... claramente no, se trata de una decisión soberana estadounidense que responde a medidas antimigratorias de la administración de Donald Trump, que ya antes actuó de manera semejante con el TPS de Haití y Nicaragua, además de que ha suspendido programas migratorios favorables de diversa índole.

Lo que sí es responsabilidad del FMLN es la incapacidad para enfrentar el hecho adverso que claramente afectará no solo a miles de salvadoreños, que ahora tendrán que tomar decisión personal y familiar de qué hacer, sino que el país tendrá que analizar en serio cómo acoger a sus ciudadanos.

Y no se trata de aprobar un decreto que permita darles 1500 dólares a los salvadoreños que decidan retornar, como han propuesto un par de diputadas efemelenistas, tampoco exención de impuestos, como lo han propuesto otros… la cuestión es más de fondo, se requiere reconstruir el tejido social roto por la inseguridad y las maras, roto por la falta de oportunidades, roto por la carencia de expectativas de crecer y tener un mejor futuro.

En definitiva, la creación de un mejor país, de una país de oportunidad, de un país que acoge a todos sus hijos… hacer esto a mediano y corto plazo pareciera que es un imposible a este gobierno, cuestión que le impide ofrecerle más y mejores oportunidades a los salvadoreños residentes en Estados Unidos y que ahora han perdido el TPS.

Para los salvadoreños afectados con el fin del TPS, el tema es difícil y humanamente complicado…se trata de hombres y mujeres radicados en una sociedad de oportunidades, que si bien es cierto es duro, muy duro vivir y sobrevivir, permite con mucho trabajo superarse… ahora esto se vislumbra truncado.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com