Caldo político

Que nos ilumine con unión, capacidad, ganas de trabajar, manos limpias y amor por el país. Ingredientes indispensables para cocinar un caldo cuscatleco más democrático, justo y próspero.

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Por Mirna Navarrete

09 January 2018

El martes pasado detallamos las razones por las que los viejos de camisa roja llevan casi 9 años jugando con nuestra calma. Cualquiera diría que la oposición tiene, servida en bandeja de plata, la mayoría de la Asamblea, alcaldías y La Casona, pero no es así.

Estamos a 7 semanas de las más importantes elecciones legislativas y municipales de nuestra historia, y nacas de propuestas; división, un montón.

Las fotos de la nueva camada de legisladores progresistas, los diputados Wright y Valiente no estarán en la papeleta el 4 de marzo, pues no volverán a participar, en protesta por la mentalidad cerrada de los dinosaurios de su partido tricolor.

Estamos a un año dos meses de las más importantes elecciones presidenciales de nuestra historia, y nacas de unión, división, un montón.

Los candidatos Simán y Calleja, cada quien jalando agua para su molino. El mayor, muy activo en su movimiento “Mi Gente La Esperanza de Todos”, y el menor remando en su propia dirección con su “Nueva Visión”.

Aguas turbias ganancia de pescadores populistas como Nayib, e izquierdistas como los viejos de camisa roja. Dios nos libre, Dios nos guarde.

Movido también, el caldo político latino 2017. En Ecuador se engancha, en segunda vuelta, un títere populista de Correa, llamado Lenin, sí, Lenin. En Honduras Hernández manosea la Constitución, se reengancha, y el país arde en protesta. En Chile, luego de una democrática segunda vuelta, Piñera se vuelve a quedar con las llaves de La Moneda.

Incierto el caldo político gringo 2017. El 20 de enero, regresa el blanco a la Casa Blanca. Blanco, chollado y odiado, en especial por las damas. Marchas de repudio en todo el mundo, tweets incandescentes desde la Oficina Oval, “America first”, por lo que cierra fronteras a musulmanes y latinos soñadores; trapos chucos de infiltración rusa para debilitar a la Hillary; repudio mundial por salirse del acuerdo climático de París; pánico mundial por su bonche nuclear con Kim Jong, aka Rocket Man, de tan solo 39 años.

Hablando de París, la Unión Europea celebra la victoria de un cipotón, también de 39, llamado Macrón, quién además de ser pro euro, vigila el cambio climático, y aplaude un mundo más abierto e inclusivo. “A él le gustan mayores”, canta la lorita Pepita refiriéndose a madame Macrón, de 65 años”.

Dividido el caldo político español. Cataluña le declaró la independencia a la corona en las urnas, y además recién Messi goleó a Su Majestad en su propia cancha. Dolor profundo.

Ralo el caldo político alemán. La Frau Merkel se engancha, pero raspadita. Le pasó su era.

Espeso el caldo venezolano. Cientos de miles protestan por la incapacidad de Maduro (también le pasó su era), su Asamblea chafa y su propia Constitución. Protestan por el chanchullo en elecciones municipales; por el retiro de Venezuela de la OEA y la expulsión de CNN; por platos vacíos y miseria generalizada, ante la mirada abandonada del mundo entero. “Solo El Salvador le soba la leva”, grita encachimbada la lora.

Espeso también estuvo el megacaldo Odebrecht, constructora brasileña que llenó las bolsas de políticos en 11 países latinos, con millonarios sobornos a cambio de contratos.

¡Tanto caldo bajo la mesa! Como el salvavidas que la oposición peruana le tiró a su presidente PPK, a cambio de poner a Fujimori en libertad. “Tírenme el mío”, suplica Tony Saca, más de un año tras las rejas. “Dejen de joder”, putea Mauricio Funes, más de un año en el exilio.

Esperanzador el caldo africano. Los militares de Zimbabue le dan jaque mate a Mugabe (más viejito que el profesor imagínese), luego de 39 años en el poder. “La edad de Rocket Man y Macron”, asegura la lora con cara de nerda.

Confuso el caldo chapín. Su presidente, payaso de profesión, además de tratar de echar a la CICIG, mueve su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, días después que también lo hiciera Trump. ¿Buscará extensión del TPS?

Común denominador del caldo político – de cualquier año, son los intereses creados.

Que Dios nos libre de semejante mal, y de la fiebre populista mortal. Que nos ilumine con unión, capacidad, ganas de trabajar, manos limpias y amor por el país. Ingredientes indispensables para cocinar un caldo cuscatleco más democrático, justo y próspero. De lo contrario, nuestro caldo se terminará de chuquear.

Seguimos el próximo martes.

*Columnista de El Diario de Hoy.

calinalfaro@gmail.com