Obsesión de gobierno da la espalda a hermanos lejanos

Expertos en Washington comentan que las relaciones no están en su mejor momento entre Estados Unidos y El Salvador, por una serie de cosas que se han hecho y dicho, que hoy tomaron resonancia en el contexto del TPS.

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Por Mirna Navarrete

09 January 2018

Con los tiempos que corren, nunca está de más ponerse al día con los términos que solemos oír o leer diariamente en los medios de comunicación, especialmente en tiempos de campaña. Es muy útil conocer los conceptos para poder aportar una opinión más crítica y acertada cuando se presenta algún debate. ¿Sabría usted, estimado lector, distinguir: ¿la diferencia que existe entre Estado y Gobierno?

El Estado es el país, conformado por la sociedad, rica o pobre o media, o solo rica, o solo pobre. El gobierno es todo el órgano de personas que representan al Estado a nivel nacional e internacional. El gobierno es aquella estructura que ejerce las diversas actividades estatales, denominadas comúnmente poderes del Estado.

En palabras más sencillas, los gobiernos son aves de paso, que por un periodo establecido de tiempo, administran la cosa publica. El Estado es permanente, el Estado es usted, nuestros hijos, soy yo, somos todos los salvadoreños, ya sea que vivamos en nuestro territorio o en otro país.

Ahora vemos las consecuencias de los desplantes hechos por el Gobierno salvadoreño en manos del FMLN a Estados Unidos, en foros como la Organización de Estados Americanos, (OEA), la Organización de Naciones Unidas y otras instancias que ahora nos están pasando factura.

El Gobierno de El Salvador se alineó a la órbita venezolana en la OEA, durante todo el año pasado, a pesar de las continuas y persistentes solicitudes de Estados Unidos, Canadá, México y otros países de Centro y Sudamérica que intentaban sacar a flote esfuerzos para que Venezuela volviera a la senda democrática.

Sorprende sobremanera que líderes del FMLN, ahora gobierno, apoyen a un indefendible régimen entronado con matonería en la República Bolivariana de Venezuela.

El Salvador, Nicaragua y Bolivia han sido los únicos países aliados del régimen de la dictadura bolivariana de Maduro. Han defendido y alabado el proceso electoral con el que se conformó una Asamblea Constituyente, parto que provocó el repudio mundial, al grado que algunas democracias aplicaron sanciones al régimen y a sus líderes.

Lo grave de esta situación es que, a sabiendas de que no nos conviene política ni económicamente como país, el FMLN y el Gobierno de El Salvador se aliaron incondicionalmente con Venezuela, país que ya no tiene para seguir regalando dinero. Todo indica que, en verdad, ese régimen llamado el “faro de luz” es el que guía la actuación del FMLN y del actual gobierno, que nos lleva de encuentro y al despeñadero a todos. Confunden lo que le conviene al gobierno, que va de salida, y lo que es conveniente, de forma permanente al Estado salvadoreño.

El Gobierno, con semejante ceguera, ha dado la espalda a miles de compatriotas que viven en Estados Unidos y que mantienen la economía de este país con las remesas familiares. Se nos olvida que fue el Canciller, junto con los voceros de los países Alba, que calificaron de “arbitrarias e ilegales” las sanciones impuestas por Estados Unidos contra ciudadanos venezolanos, incluyendo a Nicolás Maduro. Atacan a Estados Unidos, tildándolo de imperio, sometiéndose a ciegas, al régimen que hoy gobierna Venezuela, y ahora piden limosna.

Expertos en Washington comentan, que las relaciones no están en su mejor momento entre Estados Unidos y El Salvador, por una serie de cosas que se han hecho y dicho, que hoy tomaron resonancia en el contexto del TPS.

La ciudadanía debe cerrar filas, especialmente con los hechos inéditos que estamos viendo en El Salvador. Debemos proteger a toda costa la existencia de los frenos, pesos y contrapesos, como fundamento de la república y la democracia.

*Columnista de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com