Viejos de camisa roja

No dejemos que los viejos de camisa roja… los que roja también tienen el alma…además de robarnos la calma, nos hagan perder hasta la cama.

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Por Mirna Navarrete

01 January 2018

Parte de mi rutina existencial, desde 1985, es resumir los acontecimientos anuales de mayor impacto en El Salvador y el mundo. Los imprimo y archivo en el baúl de los recuerdos, para así, algún día, mis descendientes puedan retroceder en lo sucedido.

Es un ejercicio a pura memoria por lo que, obviamente, deja muchos sucesos afuera. Pero al menos quedan grabados aquellos que más impactaron mi vida y mi entorno.

La mecánica, contenido y distribución de mis, por ahora, 32 relatos anuales, ha evolucionado. Al principio era escrito a mano, más un diario familiar, fotocopiado para los más allegados.

Luego escrito en máquina eléctrica, con más enfoque político y económico, y compartido por correo. “Salían caras tantas estampillas”, se queja la lorita Pepita con voz de goma de 1 de enero.

Ahora, le saco chispas a mi laptop, es un recuento más profundo y, desde el año pasado, compartido - por capítulos con propios y extraños, gracias a la hospitalidad de este periódico y elsalvador.com.

Echémosle 5 al piano pues.

El Salvador 2017 se sintió como piñata cachimbeada por cipote de 15 años. Cuál cipote. Llevan 8 años cayéndonos a palos unos viejos de camisa roja… porque roja tienen el alma…. Yo por ellos perdí la calma… y casi pierdo hasta mi cama. (Gracias por la inspiración Juanes).

Perdí la calma, porque los viejos de camisa roja pretenden robarnos la República, bloqueando la creación de un CCIES que les cuente las costillas; metiéndole zancadilla a la Sala que vela por nuestra Constitución; apoyando a la dictadura venezolana; conduciendo espionaje en Fusades, la Cámara de Comercio, la ANEP y los bancos; amenazando la libertad de expresión. “A mí nadie me calla”, se escucha desde el patio.

Perdí la calma porque se siente que nos han metido en un callejón sin salida, con presupuesto desfinanciado, e insuficiente, al ser por tantos manoseado.

Con razón seguridad, salud, economía y educación en estado de depresión.

Perdí la calma porque nos han metido en el callejón del país más peligroso del mundo, que en el 92 firmó la paz, pero sigue en guerra. La perdí pues, por mala paga, estamos junto a Venezuela, Cuba, Grecia y El Congo, en la lista negra de Mr. Fitch, Mr Standard y Mr Poor’s.

Ánimos, hay luz al final del callejón. Los viejos de camisa roja echaron a un cipotón de camisa celeste, única ficha que, asumiendo fair play, los podría mantener atornillados en el poder. Luz gracias a que trataron, pero no pudieron, robarnos nuestras pensiones. Por ojos y voces ciudadanas con más pilas. Luz por el descaro, las mentiras, incapacidades y metidas de pata del colorado.

¡Descaro! “Aquí va tu fuero para que no saquen tu trapo al sol, compañero Merino. Aquí está el tuyo para que no acompañes a Saca, Embajador Reyes”.

¡Mentira! El hipopótamo Gustavito no pasó a mejor vida a causa de picahielazos. Estiró los tenis por falta de atención veterinaria.

¡Incapaces! Pega un poco más duro don Richter, y estiramos también los tenis pues, durante la tembladera de Semana Santa, quedó evidente que no tienen idea cómo hacerle frente, y mejor nos mandan a chotear a la playa y a la montaña.

Incapaces también, pues empresa que tocan, empresa que truenan, como VECA (Chueca le decíamos), la arrocera, la financiera y la Alba petrolera. Porque gastan y gastan y no dejan de gastar, como creando, divulgando y engavetando, millonaria marca país El Salvador Tan Grande como su Gente, incluyendo a un embajador con imagen inapropiada para su cargo.

¿Y metidas de pata? Uyyyy, montones: Prohíben las pupusas en las escuelas, excepto las de bagre y hojas de jocote; pierden tiempo debatiendo “mejor Puerta de los Ángeles que Puerta del Diablo”; inauguran Monumento a la Reconciliación, otra chulona, esta conocida como La Michi; le suman natalicio de nacer a su penoso léxico; intentan echar a Uber; ponen en riesgo la permanencia en USA de 190k hermanos lejanos.

No dejemos que los viejos de camisa roja… los que roja también tienen el alma…además de robarnos la calma, nos hagan perder hasta la cama.

Seguimos el próximo martes. ¡Feliz año!

*Columnista de El Diario de Hoy.